LA MUERTE DE DIOS IV


Como sugiere Heidegger, Nietzsche lleva al hombre a su última posibilidad. Si ha de evitarse todo antropomorfismo, entonces llamar Voluntad de Poder a la vida es otra proyección del hombre en el mundo. Habría que callar y no dirigir calificativo alguno a la vida. Si el hombre nuevo recupera la fuerza pulsionante desafiando la moral, entonces debe desatar sus pulsiones sin freno porque el papel de la moral queda desacreditado; y, con la muerte de Dios, el hombre nuevo sólo podrá aproximarse al caos y la destrucción de donde todo tendrá que repetirse una vez más. La melancolía de los retornos no depara al hombre esperanza alguna. Empero, el superhombre habrá logrado liberarse de una idea obsesiva, culpígena, castrante que ha servido para moralizar la vida en un juego falso de poder, donde los débiles han manipulado lo más precioso del hombre: su cuerpo y la expresión de fuerza que acompaña a sus pulsiones. La pregunta está ahí: ¿es la muerte de Dios una muerte de la moral? Y si la respuesta fuera 'sí' ¿cómo puede el hombre reconciliarse con el hombre al perder la moral? y ¿cómo puede el hombre no perder la vida? En busca de Dios habría que recuperar al hombre; pero ese Dios nuevo no podrá ser el que hemos narrado en estas páginas, y si no lo conocemos tendremos que redescubrirlo.
Dentro de las consecuencias de esa disuelta idea de Dios (en el sentido de creer que ya no se debe pensar en eso que la idea representa, nombra, señala), se podrían esbozar innumerables situaciones indeseables. Lo que cabe ahora mencionar es que la muerte de Dios tuvo en Nietzsche un efecto salutífero, de que o bien todo está permitido o bien nada tiene justificación porque es absurdo (o se justifica por sí mismo y prescinde de la necesidad de justificar los otros enfoques). Por eso conviene replantear los problemas que origina la idea de esa muerte, que no es otra cosa que el anhelo de abandonar la necesidad de pensar en Dios. Tres son las preguntas:

1. Si Dios ha muerto, ¿cómo es posible la moral?

2. ¿cómo puede conservar su vida quien pierde a Dios?

3. ¿cómo sería respetable un hombre sin Dios? (continuará ...)

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