JOE ZAWINUL por Francisco Javier Irazoki

Francisco Javier Irazoki (Lesaka, Navarra, 1954) fue miembro del grupo surrealista CLOC. La Universidad del País Vasco editó en 1992 toda la obra poética que Irazoki había escrito hasta el año 1990. El volumen, titulado Cielos segados, comprende los libros Árgoma, Desiertos para Hades y La miniatura infinita. La editorial Hiperión le publicó en 2006 el libro de poemas en prosa Los hombres intermitentes. Desde 1993 reside en París, donde ha cursado diversos estudios musicales: Armonía y Composición, Historia de la Música, etc.









                     JOE ZAWINUL


          Con sus gorros coloristas y gafas de intelectual, los retratos de este músico fechan mi afición por el jazz.
          Josef Zawinul (Viena, 1932) nace en una familia gitana, y la Segunda Guerra Mundial no disminuye la rapidez con que el niño aprende a tocar muchos instrumentos musicales. Primero, el acordeón. Después, el piano clásico, el vibráfono, la trompeta, el clarinete, el órgano, diversos tipos de percusión... Es la versatilidad del  pobre. Para sobrevivir con una economía insegura, el joven ofrece sus habilidades a un cabaré, a una emisora de radio, a una orquesta o a las bases militares. Logra la beca que le permite instalarse en Boston y cursar estudios en la Berklee School of Music, pero huye de las clases en cuanto Ella Fitzgerald, Aretha Franklin y Maynard Ferguson lo contratan como instrumentista. Hace novillos para instruirse de verdad.   
          Zawinul termina su juventud en la orquesta de una cantante y pianista, Dinah Washington, reina del blues, e integrado en ese grupo recibe algunas lecciones sobre las consecuencias de unas vidas desenfrenadas. Ya conoce al saxofonista Wayne Shorter, importante en la carrera del austríaco, cuando entra en la banda de otro saxofonista, Cannonball Adderley, éste festivo y reidor pero incapaz de cumplir las expectativas que le reservan el liderazgo que tuvo el caído Charlie Parker. Joe pasa unos diez años con Adderley, toca el piano y compone Mercy mercy mercy, tema que impulsa a Miles Davis hasta el teléfono.
         Joe Zawinul es una pieza clave en el primer periodo eléctrico de Miles Davis. “Yo adoraba sus composiciones”, se arrodilla el pequeño dios. En 1968 firma In a silent way, que da título genérico al nuevo álbum del trompetista, y al año siguiente interviene en Bitches brew, disco doble que inaugura el jazz-rock. Los dos músicos están bien arropados en esa fundación. Ahí suenan, entre otros, John McLaughlin y Wayne Shorter. El vienés publica una obra en solitario y, de la mano de Shorter, crea el grupo Weather Report.
         En los primeros cuatro años de la década de los setenta Weather Report edita sus mejores álbumes. A los adolescentes europeos nos sacude un cóctel donde el bajista checo Miroslav Vitous, los bateristas Alphonse Mouzon y Eric Gravatt y los percusionistas Airto Moreira y Dom Um Romao remueven la creatividad de Zawinul y Shorter. Se nota el origen brasileño de Airto, pero hay también raíces africanas y orientales. Partiendo del jazz, se convierten en los abuelos de la fusión.
         En los discos Weather Report, I sing the body electric, Streetnighter  y Mysterious Traveller se juntan asimismo los primores técnicos. Cualquier teclista elogia la maestría que Joe Zawinul alcanza en el manejo de los sintetizadores. En 1976 se les adhiere otro portento, el bajista Jaco Pastorius. Hasta reciben la recompensa del éxito comercial con una grabación menor, Heavy Weather, que contiene el tema Birdland, acierto del pianista. La banda se disuelve en 1986, pero su inspiración había muerto antes.
         Los más recientes grupos de Joe Zawinul se llaman Weather Update y, con burla gitana, The Zawinul Syndicate.             
         Hoy es un viejito con guedejas de revolucionario que llega al concierto, se parapeta detrás del piano eléctrico y agacha la cabeza mientras los espectadores se equivocan al predecir qué clase de música van a escuchar.


FRANCISCO JAVIER IRAZOKI
(Del libro “La nota rota”; Hiperión, 2009)


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