Fotografía de Ana Portnoy |
MÁS DE UN
SIGLO DE POESÍA ITALIANA (I)
Selección y traducción de Carlos Vitale
SIBILLA ALERAMO
Sibilla Aleramo nació en Alessandria (Piamonte) en 1876 y murió en Roma en 1960.
Entre otros libros, ha publicado: Selva d’amore, Aiutatemi a dire y Gioie d’occasione.
QUEMO MI VIDA
Si me muevo, si me levanto,
todo se desvanece, todo se congela.
Pero si me quedo así tendida,
con los ojos cerrados, los labios aureolados de brasas,
el ardor de mi palma sobre el latido de mi garganta,
quemo mi vida, quemo mi vida,
mi sangre se consume en mis venas,
siento que se consume
sólo en el recuerdo de otra sangre,
de una voluptuosidad dada y probada,
del amor lejano
que quizá no reencontraré.
BRUCIO LA MIA VITA
S’io mi muovo, s’io mi sollevo,
tutto svanisce, tutto s’aggela.
Ma s’io resto così distesa,
gli occhi chiusi, le labbra aureolate di brace,
l’ardore della mia palma sul battito della mia gola,
io brucio la mia vita, brucio la mia vita,
il mio sangue si consuma nelle mie vene,
io sento che si consuma
solo nel ricordo d’un altro sangue,
d’una voluttà data e provata,
dell’amore lontano
che forse non ritroverò.
UMBERTO SABA
Umberto Saba nació en Trieste en 1883 y murió en Gorizia en 1957.
Entre otros libros, ha publicado: Casa e campagna, Trieste e una donna y Preludio e fughe.
LA CABRA
Le he hablado a una cabra.
Estaba sola en el prado, y atada.
Saciada de hierba, mojada
por la lluvia, balaba.
Aquel monótono balido fraternizaba
con mi dolor. Y yo le respondí, primero
en broma, luego porque el dolor es eterno,
tiene una sola voz y no varía.
Esta voz la oía
gemir en una cabra solitaria.
En una cabra de rostro semita
oía quejarse todos los males,
todas las vidas.
LA CAPRA
Ho parlato a una capra.
Era sola sul prato, era legata.
Sazia d'erba, bagnata
dalla pioggia, belava.
Quell'uguale belato era fraterno
al mio dolore. Ed io risposi, prima
per celia, poi perché il dolore è eterno,
ha una voce e non varia.
Questa voce sentiva
gemere in una capra solitaria.
In una capra dal viso semita
sentiva querelarsi ogni altro male,
ogni altra vita.DINO CAMPANA
Dino Campana nació en Marradi (Florencia) en 1885 y murió en San Martino alla Palma (Florencia) en 1932.
Ha publicado: Canti orfici.
LA QUIMERA
No sé si entre rocas tu pálido
Rostro se me apareció, o sonrisa
De lejanías ignoradas
Fuiste, inclinada la ebúrnea
Frente fulgente, oh joven
Hermana de la Gioconda:
Oh de las primaveras
Apagadas por tus míticas palideces
Oh Reina, oh Reina adolescente:
Mas por tu ignoto poema
De voluptuosidad y dolor
Música muchacha exangüe,
Marcado con una línea de sangre
En el círculo de los labios sinuosos,
Reina de la melodía:
Mas por la virgen cabeza
Reclinada, yo, poeta nocturno
Velé las vívidas estrellas en los piélagos del cielo,
Yo por tu dulce misterio
Yo por tu devenir taciturno.
No sé si la pálida llama
De los cabellos fue el vivo
Signo de su palidez,
No sé si fue un dulce vapor,
Dulce sobre mi dolor,
Sonrisa de un rostro nocturno:
Miro las blancas rocas, los mudos manantiales de los vientos
Y la inmovilidad de los firmamentos
Y los henchidos arroyos que van llorando
Y las sombras del trabajo humano encorvadas allá en las gélidas colinas
Y aún por tiernos cielos lejanas y claras sombras fluyentes
Y aún te llamo, te llamo Quimera.
LA CHIMERA
Non so se tra roccie il tuo pallido
Viso m’apparve, o sorriso
Di lontananze ignote
Fosti, la china eburnea
Fronte fulgente o giovine
Suora de la Gioconda:
O delle primavere
Spente, per i tuoi mitici pallori
O Regina o Regina adolescente:
Ma per il tuo ignoto poema
Di voluttà e di dolore
Musica fanciulla esangue,
Segnato di linea di sangue
Nel cerchio delle labbra sinuose,
Regina de la Melodia:
Ma per il vergine capo
Reclino, io poeta notturno
Vegliai le stelle vivide nei pelaghi del cielo,
Io per il tuo dolce mistero
Io per il tuo divenir taciturno.
Non so se la fiamma pallida
Fu dei capelli il vivente
Segno del suo pallore,
Non so se fu un dolce vapore,
Dolce sul mio dolore,
Sorriso di un volto notturno:
Guardo le bianche rocce le mute fonti dei venti
E l’immobilità dei firmamenti
E i gonfii rivi che vanno piangenti
E l’ombre del lavoro umano curve là sui poggi algenti
E ancora per teneri cieli lontane chiare ombre correnti
E ancora ti chiamo ti chiamo Chimera.
1 Comentarios
Ante todo, estimado Carlos, felicitarte por tu trayectoria y los premios obtenidos que, no dudo, son bien merecidos. Luego, agradecerte por tu generosa entrega para deleitarnos con estos bellos poemas. Saludos desde tu lejana Buenos Aires.
ResponderEliminar