EL CIELO Y LA NADA (premio TIFLOS 2019), por Toni Quero

Toni Quero (Sabadell) es licenciado en Filología Hispánica y trabaja de editor. Su primera obra, el poemario Los adolescentes furtivos, fue galardonada en 2009 en Collioure con el Premio Internacional de Literatura Antonio Machado. Traducido al francés, el libro fue prologado por Pere Gimferrer.
En 2016 obtuvo con Párpados el III Premio Dos Passos a la Primera Novela, galardón convocado por la Agencia Literaria Dos Passos, Ámbito Cultural de El Corte Inglés y la editorial Galaxia Gutenberg. El libro fue publicado en 2017 en dicha editorial. A finales de ese año, Párpados fue seleccionado por el Festival du Premier Roman de Chambéry como una de las mejores óperas primas publicadas en lengua castellana.
En 2018 le fue concedida una de las becas de creación literaria Montserrat Roig. La beca, convocada por el Ayuntamiento de Barcelona dentro del programa Barcelona Ciudad de la Literatura de la UNESCO, le fue otorgada por el germen de lo que será su segunda novela.
En febrero de 2019 ganó con su segundo libro de poemas, El cielo y la nada, el XXXII Premio Tiflos de Poesía convocado por la ONCE. En mayo de 2019, la editorial Castalia ha publicado el libro.
Representando por Dos Passos Agencia Literaria y Comunicación: www.dospassos.es
Mantiene la página de traducción de poesía catalana contemporánea “Foc creuat / Fuego cruzado”: https://foccreuat.wordpress.com

Obra literaria:

El cielo y la nada. XXXII Premio Tiflos de Poesía. Castalia Ediciones. Barcelona, mayo de 2019.

Párpados. III Premio Dos Passos a la Primera Novela. Ed. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2017.

Los adolescentes furtivos / Les adolescents furtifs. Premio Internacional de Literatura Antonio Machado 2009. Prólogo de Pere Gimferrer. Traducción al francés de Renada-Laura Portet. Cap Béar Éditions, Perpiñán, 2010.

EL CIELO Y LA NADA
Las fronteras que separan la razón y la locura, la realidad y el deseo, el amor y la nostalgia son tan difusas que a menudo transitamos por ellas sin ser conscientes de cual de los dos mundos habitamos. El cielo y la nada, construido a través de la imagen y la metáfora como piedra angular del poema, explora ambos lados del espejo en un libro que dialoga con la tradición y la vanguardia.
El cielo y la nada nos hace movernos de nuestra aparente comodidad para abrirnos a otros mundos expresivos.”
Ángel Luis Prieto de Paula



MUESTRA POÉTICA 
Looking up at the stars, I know quite well
That, for all they care, I can go to hell
W. H. Auden


Me he descubierto tantas veces siendo yo el que más ama,
atravesado de alfileres sobre un corcho olvidado
junto a fotografías tomadas en ciudades remotas,
vértebras del esqueleto del mundo
donde amanecíamos radiantes
o durmiendo al raso bajo una rodaja de luz,
que ya puedo calibrar mi dolor
con la precisión de un alquimista.

Sé de lo que hablo: desprender la horquilla
y provocar tormentas eléctricas,
caminar en paralelo por la vía del tren
y patear los dos la misma lata,
desplazando la vida siempre hacia delante,
prestar mi camiseta para que duerma
con el logo de Nirvana arqueado sobre el pecho
y sangrarnos las encías sobre la pulpa de una manzana.

Hacer un fundido en negro en mi vida
y aparecer sonriente unos meses más tarde,
saludarla al descuido: hola, cómo te va,
y decir te equivocaste, sí te equivocaste,
aunque sepas que es mentira
y seas tú quien duerme hecho un ovillo,
mientras volteas de nuevo las fotografías
y acumulas recuerdos en un cajón apartado.

(Nirvana)


Consumido un tercio de mi vida,
el hígado mediado en su declive
y los pulmones encharcados,
una gota de aceite simula un arco iris,
no hallo nada que justifique tanto esfuerzo,
este devanar de sesos por unas pocas metáforas,
ni una figura sosteniendo una taza de café
ni un perro tendido frente a la hoguera.

Sólo una espiral, círculos concéntricos
alejados de un punto en el que fuimos,
arrogantes como una hermosa tormenta de verano,
jóvenes, anarkos y bellos,
aspas al viento en un cruce de caminos
esparciendo sobre el orbe infinitos fractales,
ruedas dentadas de un engranaje perfecto,
para sembrar los brotes de un mundo nuevo.

Nada permanece, la ciudad es oscura,
el firme estéril y no arraiga la simiente,
mis versos germinan entre la maleza,
pero quién se nutre de un fruto amargo.
Cae el día, una pulpa morada disipa las brumas
y propala tras las ventanas la comedia de la vida,
escenas bárbaras de un libreto perdido,
sólo soy un hombre que piensa en imágenes.

(La Edad de Oro)


Contemplada desde la distancia,
Liu Xia puede parecer una extraña ave,
un fruto exótico o un cuenco
de cerámica de alguna antigua dinastía.

Para un observador internacional,
el batir de sus brazos puede recordar
al de una victoria alada, un pétalo
de adormidera o un guerrero de arcilla.

A juicio de los campesinos
es tan sólo un farolillo de papel iluminado
alzándose sobre los campos de arroz,
mudo como una muñeca de porcelana.

Sin embargo, vista de frente,
Liu Xia vuela alto aunque esté enjaulada,
se comba como el bambú sin quebrarse
y su estirpe es de las que se rebelan.

(Un poema para Liu Xia)


Os voy a contar un secreto:
a menudo padezco insomnio,
imagino playas solitarias,
organizo mis rebaños
y me volteo de un lugar a otro
sobre muescas de anteriores vidas.
Sí, ya sé…

Después conduzco de madrugada
hacia estaciones de servicio.
Las elijo con grandes lunas
y trazo líneas paralelas
con la exposición prolongada
de la retina sobre los faros.

No es necesario pedir café.
Las camareras reconocen
a los pasajeros perdidos
y saben reconfortar el sueño
elevando dulcemente la mirada.

Con frecuencia estamos solos,
escuchamos el hilo musical
y sonríen con timidez
tratando de entablar conversación:
No nos mata el amor
sino la nostalgia.

Entonces sé que es momento
de seguir adelante y buscar
un nuevo lugar donde detenerme.
Pero las noches se agolpan
y sólo alguna tormenta veraniega
me detiene fascinado
en mitad de ninguna parte.

Cada vez necesito ir más lejos
y virar hacia carreteras secundarias,
me siento un oopart abandonado
en una dimensión paralela a la mía.
Temo algún día no estar de regreso
cuando amanezca.

(No lugar)


Sobre la poesía de Toni Quero: 
“Lo más sobresaliente aquí, sin duda, es lo que, en todo tiempo y lugar, caracteriza al verdadero poeta: el don de la imagen certera y exacta.” 

Pere Gimferrer, en el prólogo de Los adolescentes furtivos 
“Se da aquí un despliege verbal, una capacidad para la imagen, que hacen que la llegada de este poeta sea toda una llamada de atención.” 

Túa Blesa, El Cultural 

Resumen de la nota de prensa oficial de los Premios Tiflos: 

De entre los 365 originales de poesía presentados a concurso, el jurado, compuesto por Luis Alberto de Cuenca, Ángel García López, Ángel Luis Prieto de Paula y María Ángeles Pérez López, ha destacado la “altísima calidad entre los participantes” y ha escogido, por mayoría, a El cielo y la nada, del que ha señalado que “es un muy buen libro y de mucho peso en el mundo de la poesía” y que “nos hace movernos de nuestra aparente comodidad para abrirnos a otros mundos expresivos”


https://www.once.es/noticias/miguel-angel-carcelen-antonio-quero-y-josue-sanchez-ganadores-de-los-premios-tiflos-de-literatura-de-la-once-2018

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