Rolando Revagliatti nació en Buenos Aires (ciudad en la que reside), la Argentina, el 14 de abril de 1945. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de otros cuatro sólo en soporte digital.
Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com.
Ha sido incluido, entre otras, en las siguientes antologías: “Dramaturgia Latinoamericana: Argentina” (en República Dominicana, 2008); “Minificcionistas de ‘El Cuento’ Revista de Imaginación” (en México, 2014); “Poesía Argentina Año 2000” (Tomo 1, selección de Marcela Croce, 1999), “MeloPoeFant Internacional” (bilingüe castellano-alemán, coedición en Perú y Alemania, 2004), “Pequeña Antología de la Poesía Argentina” (selección de Jorge Santiago Perednik, 2004), “El Verso Toma la Palabra” (México, 2010), “Italiani D’Altrove” (bilingüe castellano-italiano, Italia, 2010), “El Cine y la Poesía Argentina” (selección de Héctor Freire, 2011), etc. Sus producciones en video se hallan en
Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com.
Ha sido incluido, entre otras, en las siguientes antologías: “Dramaturgia Latinoamericana: Argentina” (en República Dominicana, 2008); “Minificcionistas de ‘El Cuento’ Revista de Imaginación” (en México, 2014); “Poesía Argentina Año 2000” (Tomo 1, selección de Marcela Croce, 1999), “MeloPoeFant Internacional” (bilingüe castellano-alemán, coedición en Perú y Alemania, 2004), “Pequeña Antología de la Poesía Argentina” (selección de Jorge Santiago Perednik, 2004), “El Verso Toma la Palabra” (México, 2010), “Italiani D’Altrove” (bilingüe castellano-italiano, Italia, 2010), “El Cine y la Poesía Argentina” (selección de Héctor Freire, 2011), etc. Sus producciones en video se hallan en
“Propondría
esta reunión cumbre: Miguel Gila con Pepe Biondi”
Fernando Delgado
nació el 24 de octubre de 1954 en la ciudad de Wilde (donde reside),
provincia de Buenos Aires, la Argentina. Concurrió a talleres
literarios coordinados por Carlos Patiño y Marcos Silber. Desde 2010
administra dos blogs de poesía. En 2014 publicó su poemario
“Desmedido”.
“Soy Fernando Miguel Delgado y nací
en casa de mis abuelos. La partera era del barrio y se llamaba “Doña”
Angustia. Vecina y amiga de mi abuela Isolina. En la ciudad de Wilde
transcurrió mi infancia y adolescencia. No fui a jardín de
infantes, cursé la escuela primaria y secundaria, sin terminar.
Mi viejo era un gran tipo, un buen
padre y capo en su oficio, letrista y decorador.
Mi vieja con sus 91 años, tiene una
cabeza que le vuela a mil.
Tengo tres hermanos, Alejandro, Gustavo
y Rosa. Muy buena gente.
Trabajé desde muy joven, aprendí el
oficio de letrista y lo ejercí honrosamente durante muchos años
hasta mutar al oficio que actualmente ejerzo en informática, como
técnico de computadoras, reparación y armado de equipos,
desarrollador Web y multimedia.
Soy padre de tres hijos varones,
Sebastián, Juan Pablo y Matías, el menor, fallecido en 2013, de
muerte súbita.
Soy abuelo de Morena, Felipe y
Guillermina.
También residí en Bernal, partido de
Quilmes, luego volví a Wilde temporalmente. De ahí, una corta
estadía de dos años en Sarandí, ambas localidades pertenecientes a
Avellaneda, hasta que anclé otra vez en Bernal. Después de mi
separación conyugal, alterno mis días entre mi ciudad natal y
Bernal, ciudad también del partido de Quilmes, donde vive mi actual
pareja y compañera Valeria Assenza Parisi.
Leo poesía, escribo poesía, difundo
poesía. Desarrollo dos blogs de poesía:
Edité mi propio poemario, “Desmedido”,
en 2014. Totalmente artesanal. Desde la edición, diagramación,
encolado de hojas y tapa. Cantidad 200 ejemplares.
Con la misma modalidad y en el mismo
año edité “A la vuelta del Unzué” de Valeria Assenza
Parisi, así como un año después “Vengo por el aviso” de
Élida Berelejis.
Realicé de forma experimental un video
animado digitalmente, “El almacén de Dorotea”, una breve
historia ficcionada. Disfruté hasta no poder parar de reír mientras
escribía el guión y grababa las voces de los personajes, que
después distorsionaba con un Soft.
Desde joven canté en coros. Una pasión
que continúa. Desde hace cinco años canto en el “Ensayo Coral de
Avellaneda”, desplegando una intensa actividad musical por el
conurbano bonaerense, ciudad de Buenos Aires y ciudades y pueblos de
algunas provincias.
Y desde hace un año y medio incursiono
como letrista de canciones, que son musicalizadas y arregladas a
cuatro voces por el director del coro, y amigo, Esteban Tozzi.”
1: ¿Cuál
fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se
trataba?
FD: Pensarme fue mi primer acto
de creación. Fue de muy pequeño (seguro antes de cumplir seis años,
lo recuerdo porque aún vivíamos en la casa de mis abuelos maternos)
cuando me pregunté por la existencia de la vida. Fue algo que me
atormentó y me costó salir, pensar que podría no haber existencia.
Estar siempre muerto. Fue muy doloroso.
2: ¿Cómo te llevás con la lluvia
y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad,
con las contrariedades?
FD:
No siempre la lluvia me pega de la misma manera; hay lluvias débiles
y otras fuertes y depende cómo me encuentre en tiempo y espacio. Por
lo común, los días de lluvia no me dejan movilizar libremente con
mis salidas diarias en bicicleta, y eso me jode. De joven disfrutaba
más que ahora los días de lluvia; la lluvia me alentaba a fantasear
con amores imposibles o recuperar cosas perdidas. Disminuye la
visibilidad, pero por otro lado puedo ver más con lo que imagino, y
eso la vuelve hermosa.
Las tormentas me
atormentan. Inevitable, nada es lo que es, y si lo es, también es
otra cosa.
Cavilar sobre la
sangre me pone mal. No es paralizante, mientras hablemos de una
lastimadura. Supongo que me pondría mal ver un cuerpo roto,
desangrándose.
La velocidad es algo
que no me estimula, al contrario: me anula. No puedo re visionar en
tiempo real.
A veces, cuesta
aceptar las contrariedades, pero trato de meditar, sopesar, hay otros
caminos, otra mirada.
3: “En este rincón” el
romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro
rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído
hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus
consideraciones?...
FD: Ni montarse en la musa,
ni negarla. Aunque en ocasiones está bueno relajarse y decirle
“ya volverás en otra cosa”, aunque no vuelva a pasar por largo
tiempo. Es decir, “eso” llamado inspiración no sería otra cosa
que el momento en que nos disponemos a “hacerlo”. Y cuando me
pregunto, ¿cuál es el momento de hacerlo?, me respondo: es justo el
momento en que lo hago. Leyéndome podría decir, la inspiración
sería una “puesta en acción” de múltiples factores que
confluyen para que “eso” suceda. Todo lo demás, ¿una
argumentación?
Bienvenida la inspiración, los
estímulos y el trabajo puesto al servicio de la creación.
4: ¿De
qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?
FD:
John Lennon, la “Coca” Sarli.
5: ¿Lemas, chascarrillos, refranes,
proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?
FD: La “cura tutti” era una
aspirina. Sí, claro, mis hijos me lo refrescaban siempre, cuando
ellos manifestaban algún dolor, molestia o cansancio, yo les
recomendaba: por qué no se toman una..., y ellos me decían sí pá,
“la cura tutti” para vos sirve para todo. Y se reían.
Otra expresión que estaba muy presente
en mis hijos era cuando les decía: “reaccioná, reaccioná, por
favor”. Ya de adolescentes-adultos me miraban como recordándolo,
“reaccioná, reaccioná ¿te acordás, viejo?”
Y algo más actual es con Lucila, hija
de mi pareja. Una señorita que habla tanto pero tanto que ya
institucionalicé una frase y suelo proferirla por las mañanas: “Por
favor, habla hasta lavándose los dientes”.
6:
¿Qué obras artísticas te han
—cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has
quedado, seguís quedando, perplejo?
FD: La sonata “Claro de Luna”
de Ludwig van Beethoven. Y, también, la carta a la Amada Inmortal.
7: ¿Tendrás
por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o
menos protagonista y que nos quieras contar?
FD: Por el año 1972, con recién
cumplidos dieciocho años, efectué un viaje al sur de nuestro país.
Íbamos tres personas, un tío, un primo y yo, en una pick-up Dodge
con carrocería preparada con cuchetas para dormir. Realizábamos
relevamiento de espacios públicos y privados para instalar
cartelería de ruta. En una de las tantas paradas que hicimos, esto
fue en zona de Bariloche, nos metimos por los bosques, dispuestos a
lavar algo de ropa, ordenar el vehículo y hacer unos pollos a la
parrilla: la idea era pasar un día de descanso. Cuando sentí muchas
ganas de hacer mis necesidades, me escabullí detrás de unos
arbustos, y cuando estaba en cuclillas, en plena faena, escucho la
bocina de un auto, giro la cabeza y era toda una familia muriéndose
de risa, y yo con mi culo al aire. Huí lo más rápido posible
agarrándome los pantalones. El auto se fue. Yo, también muerto,
pero de vergüenza. Luego, cuando les conté a mi tío y a mi primo,
pude reírme. Igual, cada vez que evoco el episodio, establezco que
los que llevaron la mejor parte para contar, fueron los del auto.
8: ¿Qué te
promueve la noción de “posteridad”?
FD: Inevitable no pensar en “la
muerte”. En las cosas que uno posterga.
9: “¿La rutina te
aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan?
FD: Y sí, en algunos momentos
pesa mas que en otros; en realidad, cualquier cosa que hagamos se
torna o puede tornarse rutina. Solamente que no nos damos cuenta,
mientras lo que hacemos nos otorga placer. La rutina aparece cuando
dejamos de percibir ese placer por lo que hacemos.
10: ¿Para
vos, “Un estilo perfecto es
una limitación perfecta”,
como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y
siguió: “…un estilo es
una manera y un amaneramiento”.
FD:
Me animo a pensar “un estilo” como una forma estética, de
mostrar, no advierto que sea una limitación. Un estilo no tiene por
qué ser una limitación. No puedo definir “lo perfecto”. La
palabra, el sentido “perfecto” anula toda posibilidad de lo que
lo antecede.
11: ¿Qué
sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún
grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan instantáneamente?
FD: No hacer, no poder hacer
nada, ante la indefensión.
Entre las muchas cosas que me
despiertan violencia, la mirada de un pibe en situación de calle,
observando en la puerta de una panadería sabiendo que no accede. Las
cosas que más me duelen las encuentro en la mirada de los pibes.
Los que me hartan instantáneamente en
nuestra sociedad están por todas partes: son los viejos de mierda:
manejan y jamás dan el paso, soberbios, son vestidos por sus
esposas, los planchan. Los hay por todas partes y todos tienen algo
en común: la destilación del odio. “Los viejos de mierda” me
hartan: no serán, no son todos, pero sí demasiados.
12: ¿Qué
postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías
con nosotros?
FD: En mi adolescencia me había
puesto de novio con Graciela. Me gustaba mucho.
Hacía muy poco que salíamos. Para ese
tiempo ya tenía un viaje planeado con un primo y un amigo, a Tanti,
en la provincia de Córdoba, a una casita de una tía abuela, la tía
Elvira, quien había sido enfermera, y una linda mujer. (Según
contaba la tía Elsa, Elvira había conocido a Juan Domingo Perón,
siendo él Secretario de Trabajo y Previsión, en ocasión de su
visita al hospital donde ella trabajaba. Y alguna vez hasta se dejó
entrever la existencia de un cierto amorío entre Elvira y el después
Presidente de la República.)
Estando en la terminal de ómnibus por
el barrio de Once, se apareció Graciela y me acompañó hasta que
llegó la hora de la partida. Sentí entonces que nunca nadie me
había acompañado como ella lo hizo. Le prometí escribirle y lo
hice. No obtuve respuesta a mi carta y cuando regresé de Tanti no
volví a verla. Ella estudiaba en una escuela religiosa y tenía como
compañera a otra chica con la cual yo ya había tenido un romance.
La carta que le había enviado a Graciela, por error de numeración
postal fue recibida por una vecina de la misma calle, también
compañera de año y muy amiga de mi relación anterior. De esto me
enteré mucho tiempo después. Nunca le hicieron llegar esa carta, en
la cual declaraba cuántos deseos yo tenía de volver a verla.
13: ¿En
los universos de qué artistas te agradaría perderte (o
encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas
hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de
sus obras como personaje o de algún otro modo?
FD: Estar
como cantante del cuarteto de voces que aparecía en la película
española “Amanece, que no es poco” [1989, dirigida por José
Luis Cuerda], o al menos vivir un tiempo dentro de esa película.
Fascinación total.
14:
El
silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas,
la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan?
¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio,
orientación o sentido?
FD:
El
silencio: imprescindible. Un gesto puede salvarte, ayudarte en muchas
situaciones. La oscuridad es una puerta que no se abre. La sorpresa,
para bien o para mal, siempre es inesperada. La desolación es cuando
ya no hay rastros, ni la sombra de lo que hubo. El fervor es una
acumulación exacerbada de “las ganas”. La intemperancia es una
falta grave de comprensión.
15:
¿A qué artistas
en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la
acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?
FD: Joaquín Salvador Lavado
(Quino). Y su Mafalda.
16: ¿Qué
apreciaciones no apreciás? ¿Qué imprecisiones preferís?...
FD: Cuando te dicen: “Te
voy a tener en cuenta”, o bien cuando estoy mal y me sueltan:
“Que tengas un buen día”.
Las mejores imprecisiones son cuando
relato algún recuerdo, porque cada vez que lo hago, está mejor
corregido o menos impreciso.
17: ¿Viste
que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora
poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te
perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?
FD: No, para nada me perturba ni
me entristece. Valorar y querer, tienen significaciones diferentes.
18: ¿El
mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo
afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?
FD: Qué puedo decir: fue, es y
será un gran poeta de este “Cambalache”, la vida.
19: Por la fidelidad y entrega a una
causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos
los ámbitos) te asombran?
FD: José Mujica, el Pepe.
Estuvo doce años preso, torturado, y años más tarde llegó a ser
Presidente de su país, Uruguay.
20: ¿Qué te hace “reír
a mandíbula batiente”?
FD: El humor que refleja la
realidad. Peter Capusotto, un fiel representante.
21: ¿Cómo afrontás lo que sea que
te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas,
lejos de lo que para vos constituya un ideal?
FD: Esta pregunta como otras
anteriores, tiene vericuetos. Voy a ir por el sendero de la
desilusión. No pasa nada si un ideal no se logra, solo se trata de
arrimarse lo más posible. Tal vez me falte pagar alguna cuota o
varias, de obsesión.
22: El amor, la contemplación, el
dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando
con esos tópicos?
FD: Mi relación con el amor es
de entrega. La contemplación me permite entender. Con el dinero es
una relación distante, lo justo; igual me gusta mucho pero no le
llego. Así andamos. En cuestión de fe, uno se agarra de donde
puede, eso sería estar amarrado; amarrado a algo que no se sabe qué
es. En política mi relación es de compromiso con lo que pienso,
digo y hago.
23:
¿A qué obras artísticas
—espectáculos coreográficos, films, esculturas, música,
pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.—
calificarías de “insufribles”?
FD: No recuerdo haber asistido a
tal tipo de eventos, sin antes tener una referencia, además no soy
“un gran salidor”. Sí me pasó, circunstancialmente, escuchar
música, leer o escuchar algunas poesías, cuentos, insufribles. Y
desde ya, dentro de los “etcéteras”, ciertas obras de teatro,
novelas que son o fueron y serán trasmitidas por la TV, realmente
insufribles.
24: ¿Qué
calle, qué recorrido de calles, qué pequeña zona transitada en tu
infancia o en tu adolescencia recordás con mayor nostalgia o cariño,
y por qué?...
FD: Las calles que transitaba
desde mi casa hasta la puerta del club. Dos cuadras por M. Moreno
hasta llegar a Lartigau y allí a media cuadra, nos esperaba el Club
Juventud de Wilde. Me encontraba con mis amigos, jugaba a la pelota,
había campeonatos, más adelante hubo pileta de natación, tuve
muchas novias, alegrías, desengaños. También muy cerca de ahí,
caminando media cuadra mas por Lartigau y doblando para el lado de
Capital, una cuadra y media, por avenida Mitre estaba el cine
Pueyrredón y con mi amigo Rubén, “el pollero”, íbamos todos
los viernes y mirábamos tres películas, las que dieran.
25: ¿Cómo reordenarías esta
serie?: “La visión, el bosque, la ceremonia, las
miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la
lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el
desajuste”. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y
hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.
FD: Al final la ceremonia fue en
el bosque. Desecharon el sacrificio que les provocaría realizarla en
la ciudad, por su poca autenticidad. Percibieron una sensación de
sufrimiento, de muerte, pero enseguida repararon el desajuste que
podía provocar el azar. Al caer la noche danzaron, como la lengua en
el pensamiento, danzaron hasta encontrar su propia identidad.
26: “Donde
mueren las palabras” es el título de un filme de 1946, dirigido
por Hugo Fregonese y protagonizado por Enrique Muiño. ¿Dónde
mueren las palabras?...
FD: Las palabras no mueren, las
palabras pueden desaparecer si se las abandona. Muere quien las dice,
quien las escribe, quien las olvida.
27: ¿Podés
disfrutar de obras de artistas con los que te adviertas en las
antípodas ideológicas? ¿Pudiste en alguna época y ya no?
FD: El arte de lo posible, es
arte y aunque esté en las antípodas ideológicas, la posibilidad de
disfrutar es una condición divinamente humana.
28: ¿Cómo te
cae, cómo procesás la decepción (o lo que corresponda) que te
infiere la persona que te promete algo que a vos te interesa —y
hasta podría ser que no lo hubieras solicitado—, y luego no sólo
no cumple sino que jamás alude a la promesa?
FD: Las
dos cosas caen mal; una, es la expectativa que se pone en juego para
lograr algo y que luego no pueda ser concretado: esta decepción
llevará un tiempo para ser procesada, y juntar ganas para volver a
intentarlo. Y otra es, si ese algo a obtener se corresponde a una
promesa por algo que uno nunca solicitó y si después es incumplida,
aquí es distinta la decepción: no es la pérdida de lo que pudimos
tener sino la pérdida de confianza en la persona que hizo la promesa
y no cumplió con la palabra.
29: No
concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?
FD: A
Sigmund Freud por su obra gigantesca, por su descubrimiento, “el
inconsciente”.
A todos los
albañiles que levantaron y levantan las casas que habitamos.
A todas las
mujeres y hombres que fortalecen la estructura familiar, el cuidado
de los niños, el acompañamiento, su formación. El futuro.
30: ¿Tus pasiones te
pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y
entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general,
distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?
FD: Eso
desenfrenado que me lleva, no es mío, es algo que me pasa con vos. Y
lo que pasa, es que a veces estás por todas partes y me doy cuenta,
porque me pasa algo que no puedo, ni quiero frenarlo.
31: ¿Qué artistas
estimás que han sido alabados desmesuradamente?
FD: Desconozco
precisamente qué artistas pero supongo que han sido muchos. En tal
caso, esto tendrá que ver con el éxito, la exposición mediática.
Cosa a la que no le doy mayor importancia. No concierne al ser
artista. Y seguro como paradoja, se desconoce de aquel artista que
conmovió con su letra, su música o aquellos pibes pintando un
mural, que hicieran sin saberlo, reflexionar, y salvaran a ese pobre
tipo que estuvo a punto de arrojarse a las vías del tren.
Pobres los
desmesurados alabados “artistas”.
32: ¿Acordarías, o algo así, con
que es, efectivamente, “El amor, asimétrico por
naturaleza”, tal como leemos en el poema “Cielito
lindo” de Luisa Futoransky?
FD: Sí, claro, el amor es
asimétrico. También fue ciego. Y seguiremos advirtiendo más
propiedades a medida que lo sigamos descubriendo.
33: ¿El amanecer, la franca mañana,
el mediodía, la hora de la siesta, el crepúsculo vespertino, la
noche plena o la madrugada?
FD: Hace
tiempo que no puedo todo, y cada momento tiene su encanto. Ahora, el
amanecer me cae fenomenal.
34: ¿Qué
dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por artistas
de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?
FD: Miguel Gila [1919-2001] con
Pepe Biondi [1909-1975] y Humberto Costantini [1924-1987] con Isidoro
Blaisten [1933-2004].
35: Seas o no ajedrecista: ¿qué
partida estás jugando ahora?...
FD: La vida, siempre una partida
y merece ser jugada. Ahora.
*
Cuestionario
respondido a través del correo electrónico: en las ciudades de
Wilde y Buenos Aires, distantes entre sí unos 17 kilómetros,
Fernando Delgado y Rolando Revagliatti, 2019.
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