Cesc Fortuny:
Me nacieron en Barcelona, mientras Morrison enviudaba a Pamela. Aprendí a domesticar armónicas y a exhibirlas en circos de pulgas, donde grandes hierofantes me mostraron el camino que lleva al gran agujero. Con oficio, albañiles de la palabra me han enseñado a alicatar mi casa. Me gusta surfear en olas de ruido, me gusta olfatear libros como el perro enganchado a la entrepierna, y en ocasiones, soy funambulísta de seis cuerdas. De muy joven me interesó el mundo audiovisual como herramienta para romper el discurso y el leguaje estructurado. Capturar un recuerdo y repetirlo fuera ya del ámbito de lo que denominamos realidad, ir mucho más allá y construirlo de la nada.
He realizado las siguientes residencias artísticas:
• Un bonic jardí per a destroçar. Experimentación sonora para el proyecto Zé Pekeño. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, (Berga, Colònia Rosal, Junio 2015).
• El luto de los colores. Proyecto pictórico-poético integrado por Jaume Vendrell, Cesc Fortuny i Fabré y Marian Raméntol. Acrílico sobre lienzo sin bastidor de 2 x 2 m. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, (Berga, Colònia Rosal, Septiembre 2011).
• Metáfora, en busca del lenguaje único. Proyecto conjunto con Marian Raméntol en el que se experimenta con imagen, sonido y palabra en perpétua mutación. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, ( Berga, Colònia Rosal, Agosto 2011).
He realizado las siguientes residencias artísticas:
• Un bonic jardí per a destroçar. Experimentación sonora para el proyecto Zé Pekeño. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, (Berga, Colònia Rosal, Junio 2015).
• El luto de los colores. Proyecto pictórico-poético integrado por Jaume Vendrell, Cesc Fortuny i Fabré y Marian Raméntol. Acrílico sobre lienzo sin bastidor de 2 x 2 m. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, (Berga, Colònia Rosal, Septiembre 2011).
• Metáfora, en busca del lenguaje único. Proyecto conjunto con Marian Raméntol en el que se experimenta con imagen, sonido y palabra en perpétua mutación. Centre d’art conemporani Konvent de Cal Rosal, ( Berga, Colònia Rosal, Agosto 2011).
He participado en varios talleres de narrativa y de poesía y realizado diversos cursos de literatura. Bilingüe en su educación, su obra se desarrolla tanto en catalán como en castellano, y además de la poesía, escribe relatos así como ensayos sobre música y cine, publicados en diversos medios como La Citara China (revista de “amigos del gu qin”, ensayo musical), La Nausea (ensayo y crítica de cine), Babab (ensayo en castellano), Alfabet (literatura en catalán), Jo Escric (literatura en catalán), Relats en Català (literatura en catalán), Paper de Vidre (literatura en catalán) o Àgora (ensayo musical en la revista del colectivo Artilleria Pesada) entre otros. Ha publicado en España y Puerto Rico, con Ediciones Atenas y con Isla Negra editores. Ha ganado o resultado finalista en diversos concursos de literatura desde el año 1988 hasta el año 1995.
Músico de metal extremo y música experimental en los grupos, Entropía(como guitarrista y voz), O.D.I. Orquestracions Dissonants Internes (con diversos instrumentos y tecnologías) y Zé Pekeño (un proyecto de Harsh Noise experimental). En su haber cuenta con una larga experiencia en el ámbito musical, ha tocado en los grupos; La Sentencia d’Herodes, Tavaskan, El Cantó fosc, Paradigma, El Club, Les Flors del Mal, Syd Barretina, Pleistocene Mammals y Akollonizer. Y ha participado en varias ediciones del Festival de Jazz de Ciutat Vella, en el festival de música experimental Stripart, en el festival de arte extremo Porno Gore Garrí Extreme Fest en el festival anual de música electrónica de Mipanas, el fesival de otras músicas (((gargall))) de la ciudad de Manresa, el festival ((còlics))) de otras músicas, el VIII Festival Internacional de poesía Moncayo, en la sección de música experimental frequènciapuntzero del festival de arte Konventpuntzero y algunos otros.
Su inmersión en las artes plásticas le ha llevado a exponer en Barcelona, Monistrol de Montserrat, Collbató , o El Bruc entre otros.
El drama del empoderamiento de la estética, o como distinguir entre un intelectual y un influencer (parte II)
El drama de Avelina Lésper:
Escritora, historiadora, columnista y crítica de arte. Es autora del libro “El fraude del arte contemporáneo”
y es una opositora de algunas de las corrientes del arte contemporáneo como performance, videoarte y la instalación. Lo que se ha dado en denominar arte VIP. Según Lésper,
este tipo de manifestaciones artísticas
no son verdadero arte, y son fruto de un sistema corrupto y monetario que ha
acabado por ensalzar lo superficial y lo vacío.
Avelina pondera la pintura, como arte superior,
así como
(pero siempre en segundo término)
la escultura, el dibujo... El único arte - según
sus palabras - es el arte que hacen los
artistas, es decir la pintura, la escultura, el dibujo, el grabado, en resumen,
el arte real. Las instalaciones, el performance y el video arte, en especial
- dice Lésper - son formatos y medios al servicio de la
especulación
conceptual, que transforma cualquier cosa en arte, y si esa cosa está hecha sin factura, sin estética, sin rigor ni virtuosismo, entonces no es
arte, es un engaño.
En su libro “El fraude del arte contemporáneo”,
desarrolla estas ideas y algunas más,
planteando una suerte de conspiración
de las élites,
los museos y los críticos
que no denostan el arte contemporáneo,
para vender y hacer mucho dinero a costa de la ignorancia impuesta a las masas.
Avelina Lésper
denuncia la imposición de
una ideología
soslayada en las obras contemporáneas,
así como
la ausencia de estética en
la creación
contemporánea,
pero no explica en ningún
momento lo que ella define por estética y por ideología.
Según
Lésper,
el arte de nuestro tiempo no es arte porque no es estético y no es estético porque en el siglo XX, el arte se transformó en idea y abandonó la materia. En ese estado de objeto, el arte
contemporáneo, es
cualquier cosa cotidiana que cualquier persona podría ejecutar o hacer, sin arte, es decir, sin
oficio, sin rigor y sin factura como
ella misma expresa. El arte entonces, pareciera estar reducido a una imagen mal
representada, sin técnica,
mediante ilustraciones de ideas igualmente pobres y sin necesidad de ningún talento. Los actos más triviales han sido elevados a la categoría de arte y eso es lo que sumerge al arte
contemporáneo en
la decadencia del concepto mismo del arte y la valoración del trabajo artístico, siempre según Lésper.
Si entendemos la estética como la ciencia de lo bello y la verdad como
lo bello ¿es
necesario mantener una relación
entre arte y estética,
cuando la segunda a menudo es confundida con lo meramente decorativo?
El caso es que el discurso de Lésper contiene denuncias que son cuanto menos
dignas de apreciación. Su
idea de que la corruptela en los centros artísticos de carácter público está encumbrando artistas sin ningún
interés ni
talento, es una de las ideas que se ven reforzadas por el hecho de que, efectivamente, parece difícil
comprender el criterio que lleva a una institución a defender el trabajo de alguien que presenta
una obra consistente en colocar una planta en una carretilla y darle un paseo,
o un vaso de agua a medio llenar (que
por cierto en ARCO se valoró en 20.000€), una
superficie manchada de grasa con una pastilla de jabón encima y una piel de plátano coronando la obra, o cuadros llenos de puntos
de colores que pertenecen a uno de los artistas más valorados económicamente.
Separación de la estética y el arte:
Joseph Kosuth escribió que el arte es un concepto y que una pintura es
un objeto, y que por tanto los objetos son importantes en la medida que
estudian el concepto del arte, lo materializan o lo niegan. El objeto estético no es arte si no habla del arte, y pasa a
ser un objeto con atributos estéticos
cuando habla de otras cosas. Es decir, que lo bonito y lo decorativo no tienen
por qué ser
arte. La búsqueda
del concepto arte se efectúa a nivel especulativo y de lenguaje, y no en el ámbito de la materia y de la forma. Las
convenciones estéticas
contienen su propia estructura interna para definir y clasificar sus unidades,
las clases de palabras a las que da lugar y la formación de nuevas palabras, y esta morfología es ajena al concepto de arte. El arte no sería un
modelo en la creación
de conocimiento, sino una variable conceptual sujeta a diferentes modelos o
puntos de vista como una fórmula que resulta verdadera para cualquier
interpretación.
El arte deriva en dos campos: uno que apela a la
decoración
soportada por una estructura interna que define y clasifica sus unidades, las
clases de palabras a las que da lugar y la formación de nuevas palabras, en estrecha relación con la estética y otro que se pregunta sobre el arte como
concepto. En resumen, el arte como objeto apela a la expresión, y el arte como concepto que apela a la reflexión.
La
dimensión
oculta del personaje:
La mayor parte de la información accesible sobre Avelina Lésper versa sobre sus frases provocadoras, sus
sentencias, sus juicios, y en resumen sus escándalos con artistas a los que insulta, agrede
vervalmente o denosta públicamente (no olvidemos que según Avelina, Marcel Duchamp fue un fraude) destaca
un escándalo
protagonizado por Avelina al interpelar a un grafitero mexicano que escribió en una pared “Avelina me la pela” y al que ella retó a mantener un debate público sobre arte. Un caso que parece más un método
publicitario que otra cosa.
El libro de la autora, el famoso “El fraude del arte contemporáneo” está accesible en su blog, está compartido como pdf en el drive de google, y no
consta editorial ni ISBN ni ningún
tipo de relación
editorial. Es decir, que no está respaldado por ninguna institución,
ente o corporación de
ninguna clase.
En los comentarios a vídeos que aparecen en internet, así como en los comentarios de su blog, Avelina es
tratada de forma parecida a como se trata a Oliver Ibañez. Los comentarios suelen versar sobre su
aspecto físico,
así como
sobre la supuesta revelación
y el descubrimiento de una verdad que muchos intuían pero que no sabían como mostrar. Aparece de nuevo ese
comportamiento mesiánico,
esa revelación de la
verdad oculta y esa conspiración
de una élite
indefinida.
Descargad el libro completo aquí.
La
conclusión:
Por mucho que he buscado información sobre cómo debe protegerse el cibernauta de las prácticas relacionadas con el uso del marketing de influencia para fines de
dudosa ética,
no he encontrado más que
sitios que prometen tener el método
para transformarse en un influencer,
y que aportan supuestas herramientas para ser un mejor influencer. Me queda
claro que en general es visto con muy buenos ojos eso de que de forma
arbitraria y sin más
autoridad que la capacidad de convencer, se pueda crear una opinión sobre cualquier tema, ya sea que la tierra es
plana, o que el arte contemporáneo
es un fraude.
Intuyo también que el criterio
y el sentido común
deben ser las herramientas fundamentales para no caer en las redes de quien en
realidad está más cerca del líder de la secta que de
un círculo
intelectual.
No ha sido en ningún momento ocupación de este texto, demostrar que el planeta Tierra es esférico o que el arte contemporáneo no es
un fraude. Existen miles de expertos y de publicaciones especializadas que
lo hacen. Más bien
se trata de un ejercicio sobre la credulidad y sobre la capacidad de convicción, sustentada por un empoderamiento de la
ignorancia, posiblemente relacionada con el hecho de que cualquiera puede
expresar esa ignorancia de forma pública,
e incluso encontrar a otras personas que compartan lo mismo. El ciberespacio es
insondable y depara siempre grandes sorpresas, pero resulta imperativo
establecer un criterio en la búsqueda
de información, y
también en
quién es el
personaje al que debemos seguir y qué palabras debemos escuchar y repetir.
Cesc Fortuny i Fabré Monistrol de Montserrat
once de julio de dos mil
diecinueve.
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