DUETOS DE CRÍTICA LITERARIA: "Rumor Eco Así Tú" de Mercedes Delclós & "Prohibido nacer" de Trevor Noah, por Anna Rossell

Anna Rossell (Mataró, Barcelona, 1951), doctorada en Filología Alemana. Profesora de literatura alemana en el Departamento de Filología Inglesa y Germanística de la Universidad Autónoma de Barcelona hasta diciembre 2009. Desde 1978 se ha dedicado a la enseñanza de la lengua y la literatura alemanas, así como a la traducción literaria del alemán al español, a la crítica y a la investigación literarias, sobre todo en Barcelona, Bonn y Berlín. Durante los años 2002 y 2003, y a la gestión cultural. Miembro del comité organizador de los encuentros literarios bianuales entre continentes (Asociación Cultural TRANSLIT). Esta edición, Translit’03-Mercat d’històries, celebrada en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona) en diciembre del 2003, se dedicó a la literatura subsahariana y caribeña. Colabora asiduamente como crítica literaria y articulista en Quimera. Revista de Literatura, Culturas (La Vanguardia), Contemporary Literary Horizonts, Bocadesapo. Revista de arte, literatura y pensamiento, Revista de Filología Alemana, entre otras. En el año 2001, finalista del Premio de Poesía Goleta y Bergantí con el poemario La veu per companya, en 2010 finalista del I Concurso de Microrrelatos Lorenzo Silva. Entre sus obras no académicas se encuentran los libros de viajes Mi viaje a Togo (Montflorit, 2006), el poemario La ferida en la paraula, (Montflorit, 2010), Viaje al país de la tierra roja (inédito), Microrrelatos eróticos (obra colectiva (Ediciones de la Universidad de Salamanca, 2006) y la novela Aquellos años grises de próxima publicación, así como el poemario Quadern malià / Cuaderno de Malí. Ha publicado microrrelatos en La Lluna en un Cove (nº 27), 2011 y en la antología Vilapoética (2011). Algunos de sus poemas han sido incluidos en trípticos (-No, no! crida la meva veu- en El Laberinto de Ariadna. Pliego de Poesía, Nº 21, 2010) o en revistas culturales (-Vida de mort-, en El Clavell. Revista de Cultura, Premià de Mar, nº 1, 1997) y otros en Contemporary Literary Horizonts y en la antología Grito de mujer (Primer Festival Internacional de Poesía), de próxima aparición, así como en diversos blogs literarios. 


EL DUELO COMO EXPERIENCIA MÍSTICA


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Mercedes Delclós
Rumor Eco Así Tú
Stonberg Editorial, 2021, 134 pp.


No hay duda, el duelo puede ser una experiencia mística. Y así se cumple el proceso necesario, el tránsito, el traspaso a otra categoría, la que concilia a la persona viva con la pérdida sufrida y le devuelve la paz en otro estado. La pérdida profundamente sentida supone una metamorfosis. Algo de nosotros se va, quedamos otro.

Y el libro equivale a experiencia mística porque el proceso de escritura lleva a un grado máximo de comunión anímica de la autora, en su existencia terrenal, con lo sagrado, su unión con el ser amado.
Y si bien este libro de Mercedes Delclós nace de su propia vivencia, su lectura sirve de acompañamiento espiritual a todos y es deleite literario por la hondura sensible que lo habita y por la calidad de su escritura. De lo primero la autora es consciente, se echa de ver en la primera dedicatoria: «A quienes —cuando no tocaba— perdieron a su gran amor—».

Rumor Eco Así Tú se ha gestado desde el dolor profundo, desde la desorientación y el desvalimiento en que la muerte repentina, inesperada, del ser más querido deja sumida a la persona amante. Nacido de la necesidad, de la estupefacción, de la certeza de la imposibilidad de seguir viviendo con el ser amado. Por ello formalmente adopta la forma de diario, el lugar donde la persona amante sigue dialogando con la amada, donde ambos comparten y se encuentran. También es el lugar donde la amante se observa a sí misma, donde desgrana sus emociones, su desgarro, sus incógnitas, la incredulidad de proseguir la vida en ausencia del amado. El conjunto se percibe como un devocionario, la oración frecuente y necesaria que el alma reclama, buscando en su interior o en la observación de la naturaleza, donde se posan la vista o el atento oído capta lo que pudiera ser un mensaje.
Delclós despliega ante nosotros un universo sensible y exquisito, un vasto paisaje que pone de manifiesto la sacra importancia de lo menudo —un objeto, la contemplación de una imagen en el agua, el rumor de unos pasos, el sonido del silencio—. Su libro constituye un relicario. Y es esencialmente sensual, una fiesta para todos los sentidos, que se deleitan en las pequeñas cosas —las grandes—, las únicas valiosas, las que nos alimentan.

Rumor Eco Así Tú es poesía, ¿cuándo la prosa deja de ser prosa para comenzar a ser poema?, ¿cuándo el poema desemboca en el mar de la prosa? La huella formal del texto adopta distintos registros, diversos matices que se adecuan al momento emocional preciso, pero nunca dejan de ser poesía.

Y si bien todos los sentidos sirven a la voz poética para nutrir su alma y dar expresión física a su emoción a través de la palabra, no cabe duda de que los dos predominantes son la vista y el oído. Mercedes Delclós, licenciada en canto, especializada en arte sonoro y devota de la voz como uno de los sublimes instrumentos de expresión humana, rinde culto al mundo de los sonidos. Ya el título lo anuncia, cualquier rumor, cualquier eco encierra un tesoro, abre una puerta a la introspección y a la belleza: «Las olas. El viento. ¡Una música tan pura! La vida sin música sería un descuido, un disparate. […]. La música se inventó para celebrar el placer de los sentidos. O, quizá, […] Para celebrar el inmenso paisaje sonoro de la vida» (Deambular).

La percepción del espacio y del tiempo adquieren otra perspectiva para la voz poética a la medida de la presencia ausente del amado: «¿Qué es un cuerpo ausente si el ser de este cuerpo que ya no está lo llena todo?» (Sigue), «Ya no estás —¿ya no estás?—, pero esta soledad impregnada de todo tu ser. Has dejado huella. No estás vivo, existes» (Cuadro). «El tiempo desaparece. […]. O quizá, ya no estoy. Sí, eso es. Otro lugar me acoge» (Guarida). El tiempo aparece en algunos momentos como sinónimo de espera, espera de reencuentro en otra dimensión: «Escucho el sonido de las olas, […]. Y un fantasma llamado Poseidón me susurra al oído: ‘Acá te espero. Sin prisas. Cuando a ti te vaya bien’». El espacio es todo, cualquier lugar en que pueda manifestarse el amado, que adopta ahora formas de la naturaleza: «[…], desde donde tú estás, —¿en todas partes?—» (Soñar). «Sobre una roca, […]. Te veo a ti, mi cormorán inquieto. Me miras, sonríes y reanudas tu vuelo» (Rito).

Se observa un proceso de cambio a lo largo de la escritura, una evolución, que en la percepción del sujeto poético no la afecta únicamente a ella, sino también a su relación con el amado ausente, que en su incomprensible ausencia está más presente que nunca, también el amado traspasado deviene otro con ella; la muerte se intuye como epifanía de la vida: «Tu muerte me hace, me recompone de otra manera. Me transforma. […]// Quizá es la fuerza de tu presencia […]. Tu riges mi energía vital […]» (Intocable). «La muerte: ¿continuación de la vida?» (Rumor), «Tu muerte germina mis entrañas» (Luciérnaga).
El diálogo gana en intensidad, la voz poética se refiere a su nueva casa como a un hogar con el amado compartido, le formula preguntas a las que el lector intuye que obtiene respuesta… La unión entre amante y amado/a se percibe cada vez más consolidada, ambos constituyen un universo único, diferente de cuanto existe fuera: «¿Quién podrá sustraer la pureza de nuestra química? ¿O nuestro espacio oculto tras la cortina del mundo? // ¿Somos parte de algo que no nace ni muere? ¿Un sonido que vibra en espiral?» (Luciérnaga).

Una de las muchas cualidades del libro es su ritmo, que regala al lector un tiempo reposado, apacible, reflexivo y lo sume —a veces lo suspende— en un sosiego profundo en el que lo impregnan las palabras y las hondas emociones que provocan. Porque, si bien el registro dialogado predominante convoca a la interlocución al amado concreto, el lector se siente asimismo convocado, se percibe incorporado, involucrado.

El libro está lleno de referencias musicales, citas y lecturas sensibles a la temática, un mundo paralelo, que, burlando la ley matemática, acoge el camino que recorre la autora y envuelve el universo anímico emocional que Delclós atraviesa. Lo acompaña un prólogo de la también poeta Isabel Ortega Rion.



PROHIBIDO NACER, MUCHO MÁS QUE UN LIBRO DE MEMORIAS

Trevor Noah
Prohibido nacer
Traducción de Javier Calvo
Blackie Books S.L.U., 2017, 328 pp.


Prohibido nacer es mucho más que un libro de memorias. Un buen libro siempre aporta sabiduría a quien lo lee y sabe extraer las enseñanzas. Los libros de memorias nos ayudan a conocer la vida de una persona, los hechos que marcaron su trayectoria y condicionaron al protagonista retratado para moldearlo para ser quien es.

El interés de las memorias lo suscita un ilustre personaje. Y aunque el nuestro lo es en cierta medida —el autor es el presentador de un popular programa de entretenimiento y humor los EEUU—, en el caso del libro que nos ocupa, su valor sobrepasa con creces estas características.

Porque el atractivo del libro es que el relato de la vida de Trevor Noah (Johannesburgo-Sudáfrica-, 1984) puede ser, mutatis mutandis, la vida de muchos sudafricanos en un momento crucial de la historia del país (la caída del apartheid y la transición). Y las vicisitudes del niño y el joven son también las de la madre, tan protagonista como el hijo, no sólo por razones biológicas sino también por las características personales de ella y por el hecho de que ella sola sacó adelante al hijo. Así la voz narradora de Trevor, su protagonista, en primera persona, es una gran ventana abierta a la contemplación de los acontecimientos del país antes, durante y después del apartheid. No es poco.

No hay duda de que tanto madre como hijo son personas más que dignas de ocupar las páginas de un libro de memorias. La madre, Patricia Nombuyiselo Noah, es una mujer de armas tomar, un ejemplar de los más prototípicos de mujer africana, de aquellos de los que el imaginario popular europeo afirma que sacan adelante el continente. El hijo —de tal palo tal astilla—, listo, sensible y de viva inteligencia, obligado como tantos jóvenes del país a capear con mil y una dificultades, tendrá que lidiar con el obstáculo innato añadido de ser un mestizo ('de color', como lo llaman allí), hijo de madre negra y padre suizo, una condición que le comporta una doble discriminación racial por ocupar el escalafón considerado más bajo y la exclusión de unos y otros.

La biografía del hijo, que se quiere considerar negro, abre también una amplia mirada a la biografía de la madre, y este es un plus añadido innegable. Patricia, mujer rebelde, valiente y decidida, que abandona el hogar familiar a los dieciséis años por desavenencias con los padres, debe abrirse paso en la vida por una sociedad dominada por los blancos segregacionistas y opresores de su raza, blancos que han condenado a las otras razas a la eterna pobreza y servidumbre. A esto hay que añadir los problemas que debe afrontar por el hecho de ser mujer. Sin embargo a ella nada la arredra; es capaz de burlar prohibiciones de todo tipo con las triquiñuelas que sean necesarias sin perder en ningún momento el orgullo ni la autoestima. Se enamora de un suizo a quien pide que le haga un hijo con la voluntad de educarlo ella sola y sabe abrirse caminos para alquilar pisos en barrios donde los negros lo tienen prohibido y conseguir un trabajo de administrativa en los despachos de los blancos en unos tiempos en que los negros no pueden acceder a tal profesión. Ella es quien mantiene a su familia, también cuando se casa con un hombre de su raza con quien tiene dos hijos más.

Con el hijo seremos testigos de las observaciones que una mente lúcida como la suya hace de la marcha de su país, de la compleja y refinada política del apartheid para mantener a los nativos a raya y, sobre todo, permanentemente sometidos, de la interiorización o la rebeldía de las diversas razas del país (negra, india, mestiza...) ante aquellas políticas, de los progresivos cambios que van afectando Sudáfrica. Y somos testigos de todo ello por doble vía: los análisis que hace la voz narradora y las propias vivencias de Trevor en las diferentes escuelas que frecuenta, primero, y en el seno de los grupos de amigos con quien, ya de adolescente, inicia pequeños pero jugosos negocios al margen de la ley para mantenerse, después. Todo ello sucede en la gran ciudad de Johannesburgo y en barrios diferentes, también socialmente diferentes. Así pues, el libro nos permite asistir a toda una transformación histórica y social en la urbe más poblada de Sudáfrica, de la mano de personajes de una personalidad más que remarcable.

La voz narradora emplea un lenguaje juvenil, agudo y simpático, muy fluido y natural, que hace de la lectura un gran placer. El libro ha sido traducido también al catalán, en versión de Núria Artigas, y publicado por Edicions de 1984.

Os lo recomiendo.


© Anna Rossell 

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