H2O



H2O, no admite conjetura.
Un número y dos letras -bien preciso-.
¡Mas el agua seguro que no quiso
ser solamente fórmula tan pura!

El agua derrochada, ¡grave hondura
su llaga de sequía, cuyo liso
espectro de desierto será piso
donde la sed nos lleve a la locura!

Tierra y agua -¡bendito maridaje!-
germinar las semillas han logrado,
en un coito de mágico proceso.

Pero el agua se agota en el paraje,
y el hombre, sin creer, ha cuestionado
que al Planeta le pueda pasar eso.

*
Escéptico y gregario se adocena
en masa de indolencia y consumismo,
arguyendo que a él le da lo mismo
tragedia tan remota, tan ajena.

Y no atiende la alarma que ya suena;
embridado de atávico egoísmo
se hace el sordo, no escucha el cataclismo,
y el agua se nos va…,¡esa es la pena!.

¡Cuánto erial dejaremos a los hijos,
sin el jugo que avive el alimento…!
¿No nos pesa tal cargo de conciencia?

Pandemias poblarán los entresijos.
La memoria tendrá remordimiento.
Y perderá la Tierra su apariencia.

*
Se acuesta el “primer mundo” indiferente
por la falta del líquido elemento.
Y al “segundo” le aborda el sentimiento
de tener un problema bien urgente.

Pero existe un “tercero” con su gente
que no sabe de grifos -¡rudimento!-,
y serán los que en un primer momento
padezcan el estiaje más de frente.

Bramarán las cornetas de batalla
en pos de defender el riachuelo,
heredado de aquel último río

Será la convivencia una gran falla
la sequía tendrá regusto a duelo…
¿Anegará la sangre el regadío?

Julia Gallo Sanz

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