8 HORAS CON ANNA RUBIROLA: UN ESPACIO DE DANZA E IMPROVISACIÓN por Beatriz Pérez Sánchez

Beatriz Pérez Sánchez (Barcelona, 1974) colabora con esta revista desde octubre de 2007. Es Licenciada en Pedagogía y Diplomada en Educación Social por la Universidad de Barcelona. Combina su labor profesional en Servicios Sociales con la creación y la formación en técnicas como la danza contemporánea, las artes escénicas o la poesía. En 2009 fue finalista del Premio de Poesía Concursalia “Luis Cernuda” de Barcelona.


Entrevistar a Anna Rubirola significa otorgar un lugar a un discurso sobre la enseñanza en Danza Contemporánea que raramente se transmite en artículos, libros especializados u otros medios de difusión. Algo relevante a considerar es la falta de teoría tanto en las disciplinas más pedagógicas como en los análisis alrededor del arte del movimiento. Parecería que estas cuestiones deberían repercutir negativamente en el trabajo de los profesionales y, por lo tanto, en el de las personas con las que comparten su legado cuando dan clases. Sin embargo, con gran seguridad, este vacío genera una red social de artistas inquietos que buscan la transformación tanto en las piezas u obras que crean como en los juegos sobre el movimiento que plantean. 



Es por todo lo anterior que existe una sustancial diferencia entre asistir a una clase de Danza Contemporánea y participar en un taller conducido por Anna Rubirola. El cambio lo marca la idiosincrasia de esta profesional a la hora de manejarse en lo incierto de la evolución y el resultado del proceso. Cabe la posibilidad de orientar el movimiento en danza desde una perspectiva clásica, que remite a la perfección de las formas, al virtuosismo y a unos cánones extremadamente cerrados, pero también se puede dirigir desde otro ángulo totalmente opuesto. Es por ello que es interesante mostrar lo atractivo de la segunda opción en los pequeños espacios donde suceden escenas frescas, abiertas a lo que ocurre en el momento y con un núcleo innovador de trasfondo. Si además se añade una dosis completa de improvisación, el resultado es brillante. 





Anna Rubirola (Barcelona, 1976), después de titularse en danza contemporánea en el Institut del Teatre de Barcelona, amplia sus estudios en el Movement Research Institute y la Trisha Brown Dance Company de Nueva York. Ha trabajado como intérprete para diversas compañías catalanas: Erre que Erre, Sol Picó, LLiacan i Búbulus, entre otros, y también en el extranjero: Array (Londres), F&C Ben Aïm (París). Ha participado en los proyectos Caldera Express dirigidos por Julyen Hamilton y John Jasperse, así como en diversos proyectos de creación propia y colectiva (Desaladas Club, Break Fast). Igualmente colabora en proyectos de improvisación con músicos como Mira Calix y Alexander’s Annex (Londres). Actualmente trabaja en colaboración con María Montseny con quien ha creado la pieza “Break Fast o de la feble feblesa”, que ha sido presentada en diversos festivales: LP’09, Nits d’Aielo i Arts, Grec’09, Danza Gijón 2010, entre otros. Ha dado cursos de danza contemporánea, improvisación y contact-improvisation en el Institut del Teatre de Vic, Eolia, Tragantdansa y el Conservatorio Superior de Danza de Valencia.


Tú das clases tanto de técnica como de creación e improvisación en danza. ¿Desde qué perspectiva las enmarcas? ¿Sigues alguna orientación o línea de trabajo concreta?

Para mi dar clases de técnica o de técnicas de improvisación no es un hecho contradictorio, ya que siempre intento tomar como objeto de estudio el cuerpo. Cambia la manera de enfocar la clase, la estructura, la dinámica, pero me parece que al final lo que hago es acercarme desde diferentes caminos a un lugar que me interesa.
Una cosa que he descubriendo con el tiempo es que me gusta vivir con mis alumnos el momento de encuentro de los diferentes mecanismos que rodean al movimiento, tanto si es desde un lugar pautado, como si llegan desde la improvisación. Creo que es por eso que me encanta trabajar con gente que tiene una experiencia previa con el cuerpo, ya sean actores, acróbatas o arquitectos, pero que sean bailarines no profesionales.



Tu forma de conducir grupos es muy propia. Lo he observado también en experiencias con David Espinosa o África Navarro, pero no es habitual encontrar clases así. ¿Qué me dices de esto?

No sé si mi manera de conducir un grupo es inusual o no. Lo que sé es que intento dar a mis alumnos lo que a mi me gustaría encontrar si estuviera al otro lado. Muchas veces lo que hago en la clase es simplemente compartir mis inquietudes y mis intereses con los participantes. Se me hace difícil pensar el hecho de “enseñar”. No tengo una fórmula que pueda transmitir. Más bien pienso en compartir todo aquello que me resulta interesante alrededor del movimiento y eso cambia en cada momento.



¿Piensas que esta mirada “diferente” en cuanto a la danza tiene que ver con una ruptura con lo convencional o lo "oficial"?

Creo que hay toda una generación de bailarines que estamos dando clases de una manera similar. Nos hemos formado en grandes instituciones académicas y luego hemos trabajado como intérpretes o creadores con gente muy diversa. De todo ello intentamos extraer una visión propia de lo que nos interesa en relación al movimiento y esto es lo que nos gustaría compartir cuando damos clases. No tenemos formación como pedagogos y recurrimos a la única cosa que tenemos: nuestra vivencia personal.



Tú das clases a las nuevas generaciones de bailarines a la vez que eres profesional. Conoces los circuitos oficiales a la vez que los alternativos, por llamarles de alguna forma. ¿Qué crees que ocurrirá en un futuro con estos circuitos paralelos?

Definitivamente creo que estamos viviendo un momento de cambio en el cual muchos modelos que conocíamos han quedado obsoletos y por ello se deben encontrar nuevas fórmulas. El referente de compañía convencional se ha demostrado que no responde a las realidades de los jóvenes creadores, que no pueden y no quieren seguir trabajando en estructuras grandes y piramidales. Comienzan a surgir pequeños colectivos, pequeñas asociaciones y muchos creadores individuales que entienden de forma diversa el concepto de creación. El producto resultante de todo esto también es diferente y, por tanto, habrá que encontrar circuitos inéditos que faciliten la viabilidad de estos creadores. Se están construyendo nuevos canales y vías de trabajo a la vez que un público que se interesa por lo que ocurre en lo que se muestra. Los formatos son cada vez más híbridos y, por tanto, a veces es difícil encajarlo en una red que lleva la etiqueta de “danza”.
Este trabajo ha sido posible gracias a Ramón Oriola y Elena Carmona que trabajan en la Asociación Bipol.art, entidad nacida en Hospitalet de Llobregat en el año 2005, y cuyo objetivo es posibilitar las actividades artísticas y dar soporte a creadores para que puedan hacer posibles sus sueños.

Enlaces relacionados con el artículo:

www.http://delafeblefeblesa.wordpress.com/
www.bipolart.org
www.davidespinosa.org

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1 Comentarios

  1. Me parece fantástico y una proeza hacer que la danza surja y viva en otros estilos fuera del clásico que conocemos. Soy una gran amante de la danza en todas sus facetas y ésta me parece genial.
    Los videos son estupendos y dan buena cuenta del trabajo y del esfuerzo que requiere.
    Mucha SUERTE.
    Un saludo

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