DOCE POETAS ITALIANAS PARA EL SIGLO XXI, por Carlos Vitale

Foto de Ana Portnoy
Carlos Vitale (Buenos Aires, 1953) es Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana. Ha publicado "Unidad de lugar" (Candaya, Barcelona, 2004), "Descortesía del suicida" (Candaya, Barcelona, 2008), "Cuaderno de l'Escala / Quadern de l'Escala" (fotografías de Jaume Salvat, ilustraciones de Marc Vicens y prólogo de Carles Duarte, Vitel·la, Bellcaire d'Empordà, 2013), "Fuera de casa" (La Garúa, Barcelona, 2014) y "El poeta más crítico y otros poetas italianos" (Emboscall Editorial, Barcelona, 2014). Asimismo ha traducido numerosos libros de poetas italianos y catalanes: Dino Campana (Premio de Traducción “Ultimo Novecento”, 1986), Eugenio Montale (Premio de Traducción “Ángel Crespo”, 2006), Giuseppe Ungaretti, Gerardo Vacana, Sergio Corazzini (Premio de Traducción del Ministerio Italiano de Relaciones Exteriores, 2003), Amerigo Iannacone, Umberto Saba (Premio de Traducción “Val di Comino”, 2004), Giuseppe Napolitano, Sandro Penna, Antoni Clapés, Joan Brossa, Josep-Ramon Bach, etc. Ha participado en festivales, lecturas y encuentros de poesía en Argentina, España, Venezuela, Armenia, Italia, Suiza, Rumania, Estonia, Grecia, Bulgaria y Francia. Reside en Barcelona desde 1981.

DOCE POETAS  ITALIANAS PARA EL SIGLO XXI. Selección, traducción y notas de CARLOS VITALE. Presentación de GIUSEPPE NAPOLITANO


POESÍA ITALIANA FEMENINA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.
(Giuseppe Napolitano)

Es siempre un riesgo poner adjetivos después de la palabra “poesía”, en efecto, si es tal, lo es sin necesidad de definirla mejor: no se debería hablar de poesía del sentimiento, o de poesía social, tampoco de poesía femenina… Pero hay líneas de tendencia en la crítica (y en el mercado editorial) que a veces impulsan a proponer especificaciones clarificadoras. La poesía italiana del siglo XX, y de estos primeros años del XXI, ha perdido progresivamente el carácter que hace un siglo aún le permitía hacerse maestra, de palabra, si no de vida. El discurso poético era considerado el nivel más alto de expresión, al menos hasta los años de la Segunda guerra mundial: luego, neorrealismo y nuevas vanguardias han comprometido la percepción de la forma literaria.

En este complejo contexto cultural en evolución, la figura de la poetisa, o de la mujer poeta, o en fin sencillamente de la poeta (como han comenzado a decir hace algunas décadas las feministas y sus simpatizantes), ha seguido un camino particular, tratando de afirmar un principio de diversidad y, al mismo tiempo, de integración. Y ha propuesto, por consiguiente, temas y problemas personales y sociales desde el punto de vista femenino, escribiendo de sí misma como pensaba que el poeta tradicional no sabía hacer. Pero no siempre es posible una nítida distinción de género: la primera dificultad que se plantea –escribía Giuliano Manacorda en su fundamental Storia della letteratura italiana contemporanea– para evitar malentendidos y nuevas guetizaciones es aquella “de elegir entre femenino y feminista” (admitiendo –subrayaba, de todos modos– “la posibilidad misma de adjetivar la poesía”).
En el momento de inflexión de los años setenta del siglo pasado, en los tiempos de la contestación y del movimiento feminista, “las mujeres en poesía” (y era el título de una afortunada antología al cuidado, hace cuarenta años, de B. Frabotta y D. Maraini) querían evitar precisamente ser consideradas mujeres y, por tanto, inferiores o diversas… es más, reivindicando una idea de separación como punto de fuerza, desde el cual hacer valer un derecho natural de igualdad. En poesía esto se afirmaba en la elección de una nueva estética, que negara el prejuicio del estereotipo literario masculino o machista, y sostuviera, por el contrario, un modelo de expresión ligada al universo femenino. En la “persistente voluntad de convertirse en un proyecto”- escribe Marina Zancan en la Letteratura italiana, a cargo de Alberto Asor Rosa- las escritoras de los últimos años han elaborado “un sistema, sutil pero seguro, de referencias externas e internas a la propia identidad femenina”. Así, “sin prisa por hablar de sí misma en público”, la mujer hoy escribe para explorar su mundo y contarse a quien sepa escucharla, respetando la voz que, de ese mundo, expresa a la vez sueños y necesidades, delicadeza y conciencia, emancipación y comunión.



Rossella Fusco



Rossella Fusco nació en 1961 en Itri (Latina).
Entre otros libros, ha publicado: Non trovo le lacrime, Cinquantadue falò e un tango solitario y Sono nata da una goccia del tuo Amore.


LA RUTA

He encontrado mi vida
abarquillada al borde
de un camino poco frecuentado

traje raído para grandes ocasiones

la llevo hoy
sobre la nave que zarpa para incierto
destino.


LA ROTTA

Ho trovato la mia vita
accartocciata sul ciglio
di una strada poco frequentata

abito lacero per grandi occasioni

la indosso oggi
sulla nave che salpa per incerta
destinazione.


LUZ TÚ ERES

Un pico ventoso del corazón
donde habita ternura
destino a ti
en memoria de los besos
dados en tiempos de guerra.


LUCE TU SEI

Un picco ventoso del cuore
dove abita tenerezza
destino a te
in memoria dei baci
dati in tempo di guerra.


MUERTE VOLUNTARIA

Han traído una rosa solamente
para tus ojos de hierba y de rocío
sobre los guijarros donde la piedra
ha desposado tu soledad.

No flores como en los funerales
de la tele, sino una rosa rosa.


MORTE VOLONTARIA

Hanno portato una rosa soltanto
per i tuoi occhi d’erba e di rugiada
sui ciottoli dove la pietra
ha sposato la tua solitudine.

Non fiori come ai funerali
in tivù, ma una rosa rosa.

 

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