Mercedes Carrión Masip (Valencia, 1944)
Es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Literaria de Valencia. En Barcelona, donde reside, forma parte del grupo de estudio y creación poética Metáfora y ha pertenecido durante años al foro Ultraversal. Ha publicado Asuntos propios (Ediciones Cálamo, 2018) que obtuvo el I Premio Internacional de Poesía Jorge Manrique en 2017 y De su final ausencia - Ediciones Parnass, 2018).
Ha participado en la antología En el vaivén salvaje y aprendido. Del 44 al 77: mujeres poetas en lengua castellana. LN Ediciones. 2019.
Ha participado en la antología En el vaivén salvaje y aprendido. Del 44 al 77: mujeres poetas en lengua castellana. LN Ediciones. 2019.
La voz poética de Mercedes Carrión Masip
Intento fracasado
¿Es el tiempo un papel cuadriculado
sin vocación de espera?
Vacío de intención y contenido,
se muestra ajeno al pulso de los hombres:
inventario sin seso,
testigo sordomudo
que acopia indiferente
todo el acontecer que se le imputa.
Es tan solo un circuito de espacios sin memoria,
intento fracasado que engulle sin cesar
a aquellos que creyeron poseer
en clave de entelequia el orden de la vida.
¿Es el tiempo quien huye?
Es nuestra finitud en desbandada.
Pureza de un paisaje
quizá sea la vida un amasijo
de teselas informes
y tan solo unos pocos
la ordenan a escalpelo
en su imagen precisa
para luego imponerla
nosotros los poetas la inventamos
creando trampantojos
salvando la pureza de un paisaje
en que el día y la noche se suceden
tejiendo y arropando su misterio
sumando en armonía
insólito escenario
donde el amor
la luz y la palabra
nacen libres
se entregan
se comparten
tan lejos
tan distintos
de la nada
Una voz valerosa
me muevo por instinto
prendiéndome al aliento de la vida
al íntimo ensamblaje
del pulso del amor entre sus ángulos
tan solo soy inercia
inercia entre mis versos
confiando en alcanzar
una voz de mirada abarcadora
que no me desdibuje ni me engañe
una voz hecha brisa tempestad y alborada
marea de nutrientes alimentando esteros
una voz de madera
como la del oboe
capaz de transmitir
el éxtasis el llanto y el olvido
una voz valerosa
hablándole a la muerte
para que no se lleve nunca a nadie
al menos no del todo
también en el dolor
en este día tuyo
tan solo soy paisaje
prendido a tu recuerdo
madre mía
Dejar volar
me revisto de vals bajo pequeña carpa
soñando en el guiñol de los adioses
todavía milagro de inocencia
creyendo en los regresos de aquella mariposa
que rápido y de nuevo devienen despedida
es tan solo oración
fondo perdido
ese dejar volar a quien se quiere
llevándose en sus alas todo el peso
desde el ayer y ahora
queriendo ser mañana
y mientras tanto
al miedo y a la pena
los cubre un manto
Instante sin memoria
la angustia tensa el velo de la noche
en torno a la garganta del olvido
como los saltimbanquis
me quedo suspendida en su polea
marioneta del pánico
paréntesis vacío de palabras
como ahora
cuando el día me abrace
y muestre sus promesas
en el atril del tiempo
volveré a ser la misma
del punto de partida intermitente
un fénix tartamudo
proyecciones sin fin
en vuelo corto
la sombra despiezada
bajo el puzle virtual
de la arboleda
temblor de camuflaje
puro intento
Ya no es posible
me sueño como estatua
que en medio de la noche se despierta
desnuda entre los árboles
sus flores me descubren
y se agitan curiosas
ante el gesto extendido de mis brazos
protegiendo el vacío
del iris en mis ojos
y sin embargo veo
que sobre el pedestal
tan solo soy silencio y en mi altura
tan solo lejanía
no hay aspaviento en mí
ya no es posible
en esta soledad atada al bronce
Tiempo de clausura
pronto estoy por llegar
atravesando el claro de los castaños viejos
que miran a poniente ya sin fruto
y ven como despacio
desnudan las acacias
su sombra en la riera
zigzaguea la senda monte arriba
camino de mi dolmen
es tiempo de clausura entre sus losas
he de hablar con mis muertos
ungida de piedad
a sangre abierta
no hay un latido en mí
que no responda al eco de su amor
en lo profundo
y pegada a la tierra los siento todavía
no hay dolor en mis lágrimas
tan solo son el cauce
que atravesando el tiempo
nos navega
los rostros no mutaron la impronta de su fe
serenos me devuelven
sonrisa en su mirada
y un mensaje de luz
para los míos
se ha cumplido en nosotros
sobre el fértil pasado de su empeño
aquello que soñaban
Buscando en los azules
una vez más octubre nos ha abierto
las rejas oxidadas del Calvario
su vientre enjalbegado de dolor
su vía crucis
las compuertas del agua mal caída
entre aquel serpenteo de sus rampas
guardadas por cipreses centenarios
que no mató la guerra
es hora de subirlo como entonces
rotas de soledad
juntas las dos mirando siempre arriba
buscando en los azules de sus pequeñas cúpulas
la fe de nuestros muertos
que hicieron tantas veces el camino
prometiendo y llorando
como nosotras hoy
se han roto las inercias que nos hacían fuertes
pero nada malogra nuestro vínculo
hermana
y nuevamente el miedo nos conduce
abrazadas aún
después de tanto tiempo
hacia lugar sagrado
El aire en fuego
el bosque se estremece de seca calentura
y llega hasta la casa su impotente estertor
el lamento sin voz de su crujido
exhala olor a incienso la resina
que el almendro desborda
cuando la tarde
despide lo que resta
de un día más clamando por la lluvia
un conjuro tan solo
en boca de un malvado
podría convertir el aire en fuego
las laderas que en tiempos eran nuestras
languidecen heridas de abandono
de ausencia inesperada
de costumbre perdida
cuando regrese el agua y resuciten
manando el arroyuelo
riendo la riera
las vertientes ansiosas
y en la piedra los líquenes
me acercaré al pinar como una penitente
pródiga que partió sin más razones
me avala un historial
de amor entrega y celo
y los bosques lo saben
por eso me perdonan
pletórico el jardín en su abundancia
hoy se siente celoso
envidia a la arboleda su heroísmo
El líquido temblor
se recompone a trazos
tu mundo cuando llueve
cuajando en mi cristal la vía láctea
estrellas y asteroides
de corto recorrido y curso inquieto
traen hasta el balcón erial de mi memoria
tu voz sobre el camino de las constelaciones
persiguiendo las huellas de la luna
rendida ya al asedio de tu boca
al celo itinerante de tu verso
más allá de la lluvia más allá
del líquido temblor en mi mirada
todo el paisaje aquí
sediento ayer y hoy agradecido
resucita sus preces rinde jaculatoria
al curso renacido de las aguas
al regreso inmediato de la vida
yo no puedo rezar
porque tú nunca vuelves
a hablarme de los astros
de su trayecto impío si deciden
agruparse de pronto sobre la elipse rota
llevándose consigo a los mejores
Al poeta Manuel M. Barcia, in memoriam.
De Idomeni
se me revuelve el pelo escarolado
como al rubio alcornoque de piel acaimanada
en este lunes bronco
de viento de sureste africanísimo
como a la caña rastafari
como a la terca encina resiliente
al fuego y su desahucio
ya ves
los adjetivos se alborotan hoy
sobre el papel latente en la pantalla
tan solo con rozar el pulso de las teclas
un tiempo mayecido
preside el despilfarro de energía
que el sol y el viento ceden
hoy que el clamor del desconsuelo atañe
al exilio de tantos refugiados
sin vatios que quemar en sus hogueras
y han de partir de nuevo en autobuses
a lo desconocido que promete
más de la nada en la que están cautivos
el lema Crazy Holidays
figura en el primero del convoy
que hoy parte de Idomeni
se ha visto a mediodía
en un telediario
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1 Comentarios
Nunca antes había leído nada de Mercedes. Y debo decir que sus poemas me han calado hondo.
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