DE LA MANO DE JOAN BROSSA. “entre el filo del pasmo y el de la aprehensión de alguna chispa de su agudeza poética”
La genialidad me provoca en muchas ocasiones estupefacción. Me resisto a negarle un lugar preferente en mis pupilas porque la mera palabra, su textura, su sabor… su perfume…me gusta. Sí, la “genialidad” se degusta por sí sola, pero… hay veces en que me cuesta reinventar el diámetro de mis párpados para que todo ese ingenio practique nudismo a placer por la orografía de mis ojos. Eso es lo que me pasa, por ejemplo, con Joan Brossa. Con él, camino siempre entre el filo del pasmo y el de la aprehensión de alguna chispa de su agudeza poética, y sí, la verdad es que en algunas ocasiones, me cuesta no enviarlo a hacer puñetas cuando después de una largo viaje de ida y vuelta en el tren de la cotidianidad, paro las manecillas del reloj para zambullirme en ese baño diario de alucinaciones de celuloide que tan bien suele sentarme y resulta que me encuentro con un poema como este:
"UN HOME ESTERNUDA"
Un home esternuda. Passa un cotxe. Un botiguer tira la porta de ferro avall. Passa una dona amb una garrafa plena d'aigua. Me'n vaig a dormir. Això és tot.
Que vendría a ser algo así como:
"UN HOMBRE ESTORNUDA"
Un hombre estornuda. Pasa un coche. Un tendero tira la puerta de hierro abajo. Pasa una mujer con una garrafa llena de agua. Me voy a dormir. Eso es todo.
No se trata de unos pocos versos de un poema que al ser extraídos de su conjunto pierdan el contexto necesario para que su respiración cobre volumen, no, no, no. Este es el poema completo, ni contextos, ni aquello de situar al lector, ni argumentos, ni cebolletas en vinagre. (Y sin embargo, tras el primer momento de estupor, las neuronas que hayan sobrevivido al fragor de la batalla descubrirán que hay contexto, se sitúa al lector en un tiempo concreto, y depende de cómo se mire, hasta hay argumento, en fin…, todo un milagro… de los versos). Y claro está, uno empieza a abrir mucho la boca y empieza a no darse cuenta que la mandíbula inferior ha decidido practicar caída libre, así, de repente. Y seguimos leyendo y nos encontramos con este otro magnífico ejemplo de cómo provocar un paro cardíaco en el cerebro:
"HISTÒRIA"
Aquí és un home Aquí és un cadàver Aquí és una estàtua.
Que en castellano sería: "HISTORIA"
Aquí hay un hombre Aquí hay un cadáver Aquí hay una estatua.
Aunque en este caso la traducción también podría ser:
"HISTORIA"
Aquí es un hombre Aquí es un cadáver Aquí es una estatua.
En este punto de mi relación personal con Brossa yo ya he empezado a babear directamente y lo que no tengo muy claro es si toda esa segregación de jugos proviene del último peldaño de mi consciencia un minuto antes de suicidarse o del bloqueo abdominal que sufre mi capacidad de raciocinio. Pero de eso se trata precisamente, de eso que convierte a un poema en poesía. Esa habilidad que tiene Joan Brossa para noquearme, para dejarme fuera de juego, colándome en la sopa un cargador entero de balas adiestradas especialmente para fusilar cualquier intento de racionalización, y va, y lo consigue. Cuando ocurren estas situaciones críticas, yo necesito darle un respiro a mis neuronas, y la mayor parte de las veces siento una profunda tentación de acompañar al poeta en el descubrimiento de las famosas (o no) escaleras que se suben para seguir bajando. Menos mal que aún y a pesar de los intentos de asesinato con arma blanca que me dedica Brossa en más de una ocasión, suele compadecerse de mi acto seguido y me inyecta una dosis sobrenatural de delicadeza, el antídoto perfecto contra cualquier tipo de reservas que uno pudiera alimentar, y claro está, sucede el milagro: la rendición en la caricia.
"POEMA"
És cert que no tinc diners i és patent que la major part de monedes són de xocolata; però si agafeu aquest full, el doblegueu pel llarg en dos rectangles, després en quatre, feu llavors un plec oblic amb els quatre papers i el separeu en dos gruixos, obtindreu un ocell que mourà les ales.
Joan Brossa. http://www.joanbrossa.org
Ante un poema como este, uno debe rendir tributo de silencio para que el poema vuele y desear que suba de precio en la Bolsa del Cosmos. (ni siquiera me atrevo a traducirlo, perdón a aquellos que no conozcan el catalán, pero la propia musicalidad del poema, es en este caso, intraducible). Me pasaría días enteros paseando con este Genio por las costas de la mente (me refiero a esa otra “mente” que nada tiene que ver con la razón), pero la verdad es que sería desesperante y un intento claro de inmolación (Joan Brossa publicó más de 130 libros en vida, y aún se dejó unos cuantos en el cajón para dar de qué hablar tras su muerte, cómo si eso le hiciera falta al condenado!) así que mejor cierro el libro en el que he centrado este pequeño episodio, le dedico una sonrisa de buenas noches al Genio y me abandono en los brazos de Morfeo que suele saber cuidar muy bien de mi, no sin antes reconocer con satisfacción que una dosis de locura bien administrada nunca hace daño.
La obra de Joan Brossa es muy extensa, vale la pena descubrir su mundo mágico, perderse en su poesía visual, por ejemplo, es salir de ella con la clara convicción de militar como nuevos terroristas de la palabra. Brossa en sí mismo es todo un atentado para los sentidos.
http://www.joanbrossa.org
Marian Ramentol Serratosa
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