LA CULTURA JUDÍA DEL ESTE EUROPEO. UNA MIRADA NECESARIA
Israel Yehoshua Singer
De un mundo que ya no está
Traducción del yiddish de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís Acantilado, 2020
Verdaderamente, Israel Yehoshua Singer
(*Biłgoraj —Polonia—, 1893; +Nueva York, 1944), polaco de origen
judío, escribe sobre un mundo desaparecido como él lo conoció. Por
ello este libro de memorias es un precioso documento, necesario para
comprender el presente. Porque ningún presente es el que es sin su
pasado.
Este autor de novelas, escritor en yiddish,
lengua hablada por los judíos asquenazíes de origen alemán,
formada con elementos del hebreo, el francés antiguo, el alto alemán
y dialectos del norte de Italia, conoce a la perfección los
ambientes y las tradiciones que describe, y nos los lega como un
tesoro. Y son un tesoro, en una doble dimensión: porque la lectura
de su libro nos permite entender numerosos personajes que han poblado
la mejor literatura centroeuropea y también porque nos acerca a las
culturas y subculturas judías, que, evolucionadas, aún perviven
como reliquia. Sin ir más lejos el yiddish se conserva en las
comunidades judías de Rusia, Lituania, Polonia y los EEUU.
Nota
de los traductores que precede al
texto, el libro formaba parte de un ambicioso proyecto de memorias,
que debía ofrecernos una amplia panorámica de la vida y del entorno
del autor. Su intención era escribir una trilogía de alrededor de
mil quinientas páginas, de las cuales solo alcanzó a redactar los
primeros veintidós capítulos, los que abarcan la vida de Singer
hasta los trece años (1906), que ahora se publican.
Descendiente de una larga tradición de
rabinos, hijo y nieto de rabinos, la infancia de Singer transcurre
inmersa en la más pura ortodoxia religiosa. Su familia vive
humildemente, si bien pertenece a una clase social de rango
considerado superior por el cargo que desempeña su padre en la
pequeña ciudad de Lentshin. Como corresponde a los varones de las familias
judías piadosas, Israel Yehoshua es educado en el estudio de
la Guemará (segunda sección del Talmud) y de la Torá, una
actividad que no se corresponde con su tendencia infantil al juego y
a la expansión natural. Si bien ello no se exterioriza en brusca
rebeldía manifiesta, sí es evidente la mirada crítica del niño
que ve y juzga desde la distancia de quien no se identifica con unas
prácticas a menudo rayanas en la superstición. Ello y el enrarecido
ambiente provinciano de la pequeña ciudad condicionan la atracción
del niño por todo aquel que viene de fuera, sobre todo de ciudades
más grandes, o que rompe los clichés clásicos.
El hecho de que tanto el padre como el abuelo sean rabinos, en
Lentshin el primero y en Bilgoray el segundo, ciudad esta última que
la madre y los niños visitan los veranos durante varios meses,
proporciona al narrador un conocimiento amplísimo del espectro de
personajes piadosos que acuden a la casa de ambos rabinos en busca de
consejo o de solución a litigios. Así el lector conocerá de
primera mano sus preocupaciones, sus prejuicios, sus hábitos, su
carácter y a sus familias. Sin embargo, dado el talante curioso de
Israel Yehoshua y su predisposición al juego al aire libre,
participaremos también de ambientes menos religiosos, más humildes,
así como del enfrentamiento entre los jasídim (entre los que prima
el misticismo sobre el estudio del Talmud) y los mitnagdim
(estudiosos del Talmud). Asimismo, a través de ciertas escenas donde
se producen encuentros entre judíos y gentiles, percibimos la mirada
de los primeros hacia los cristianos de su entorno.
El libro, plagado de términos hebreos y yiddish imposibles de verter
al español, viene acompañado de un glosario explicativo de todos
ellos y tiene el valor añadido de estar traducido directamente desde
el yiddish.
Del autor se han publicado también en España, en español, las
novelas Los hermanos Ashkenazi (Ediciones B, 2003; Acantilado,
2017) y La familia Karnowsky (Acantilado, 2019).
© Anna Rossell
http://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern
https://www.facebook.com/annarossellliteratura
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