Obra suicida

Obra suicida
Y categórica entre los llanos.

Cobra torcida
Porque tu veneno se te devolvió
Y sin morderte te envenenaste.

Madre sustituta en tu agonía
En una pieza toda acolchada
Como en las películas –me dices tiernamente-
“Murallitas de algodón!!!!”.

Gritos desgarradores
Frente al perfecto humorista
Él, que hace reír de buena gana a todos
Y a él que le incomoda mi particular algarabía
Hecha de traumas y venganzas.




Ríen y ríen todos
De muy buena gana –he dicho-
Se ríen de sus historias y de sus muecas también se ríen
Pero, míralo así mi amor,
Por un lado y en un mismo lugar
Tienes a un cómico haciendo su brillante rutina
Y por otro lado me tienes a mí
Confundiendo las risas con bombas.

Ilimitado de piedras blandas
Eterno, fresco
Paraíso de ruta. Efecto necesario.

Entrar sin prisa
Sin apuro, haciendo de la visión
Un árbol lleno de arcoiris y vegetales.

Dar seis palmadas al carácter
Cerrando los ojos
Para que no entre la hiedra
Que rodea la altura de las pestañas de un dios sin equilibrio.

Tomarte, gitana mía, del cabello
Y hacerte mil funciones en mil categorías
De cómo llegamos a formar parte
De este encierro que nos hace sudar glaciares.


Roberto Cantele