Descortesía del suicida, de Carlos Vitale, en Barcelona

Carlos Vitale nació en 1953 en Buenos Aires (Argentina). Es Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana. Entre otros libros, ha publicado Unidad de lugar (Editorial Candaya, Barcelona, 2004), Fuera de casa (Emboscall Editorial, Vic, 2004) y Descortesía del suicida (Editorial Candaya, Barcelona, 2008). Asimismo ha traducido numerosos libros de poetas italianos y catalanes: Dino Campana (Premio de Traducción “Ultimo Novecento”, 1986), Eugenio Montale (Premio de Traducción “Ángel Crespo”, 2006), Giuseppe Ungaretti, Gerardo Vacana, Sergio Corazzini (Premio de Traducción del Ministerio Italiano de Relaciones Exteriores, 2003), Amerigo Iannacone, Umberto Saba (Premio de Traducción “Val di Comino”, 2004), Giuseppe Napolitano, Sandro Penna, Emilio Paolo Taormina, Antoni Clapés, Joan Brossa, etc. Reside en Barcelona desde 1981.

Apreciados amigos:

Queremos informaros de la presentación en Barcelona del libro de micro-relatos Descortesía del suicida, de Carlos Vitale.

Barcelona, (Llibreria Alibri C/ Balmes 26)

Jueves, 16 de octubre, a las 19.30

Presentan: Jorge Larrosa (Filósofo y Profesor de la UB) y Diómedes Cordero (Profesor de literatura de la Universidad de los Andes).

En http://www.candaya.com/descortesiadelsuicida.htm puedes ampliar la información, así como consultar algunas de las noticias y comentarios que van apareciendo en diferentes medios de comunicación.

Si no puedes asistir a la presentación y deseas adquirir el libro (12€) directamente de la editorial, sólo tienes que responder a este mensaje, indicando la dirección donde quieres recibirlo y el número de ejemplares.

¡Te esperamos!

Saludos cordiales,

Olga Martínez Dasi

Francisco Robles Ortega

Otras presentaciones de Descortesía del suicida

Tarragona (Museu d'Art Modern. C/ Santa Anna 8)

Viernes, 10 de octubre, a las 19.30.

Comentará el libro el poeta Juan López Carrillo

Palma de Mallorca (LLibreria Literanta, Can Fortuny 4)

Viernes, 17 de octubre, a las 20 horas.

Presenta: Agustín Fernández Mallo (escritor)

Carlos Vitale

Descortesía del suicida

Prólogo de José María Merino

Candaya S.L.

ISBN 978-84-936007-3-0

114 págs.; 19,5x14 cm

PVP 12 €

Micro-relatos de Carlos Vitale


La iluminación del absurdo es seguramente el mejor destino de la literatura y en estos textos de Carlos Vitale -que alternan la sustancia narrativa con la reflexiva, los pequeños relatos y los chispazos aforísticos- el suicida descortés, el náufrago que flota sobre una puerta, los nadadores que se entrenan para una travesía sin destino, la amistad basada en el mutuo desconocimiento, el teléfono que solo suena cuando no estamos… reflejan, o simbolizan, esa realidad sin sentido que sólo ciertas rutinas laborales y comerciales se empeñan en ofrecernos como racionalmente ordenada. José María Merino

Y luego viene lo mejor, el hilo que une a estos relatos y los convierte en uno solo: el humor, el resquicio socarrón e inteligente por donde observa el autor la vida y la forma como obliga al lector a hacer lo mismo. Winston Manrique (El País, "Babelia")

Consciente de que su vida, y en el fondo la de cualquiera de nosotros, es un simple borrador, Vitale constata con socarronería la posibilidad de transgredir esa amargura ("Debería pasarme a limpio", pág.19); establece una reflexión sobre los límites del pesimismo, que puede llegar a ser paródico si lo analizamos con la suficiente perspectiva ("¿Cómo es posible que todos los años hayan sido el peor año de mi vida?", pág.31); acaricia la consolación que nos puede llegar mediante el lenitivo edulcorado del humor ("Quien paga manda: Mi peluquero insiste en que no me estoy quedando calvo", pág.40, esmalta contundentes máximas políticas, recubiertas con el barniz amable de la ironía ("La sonrisa de Drácula: El candidato sonríe a los desmemoriados", pág.95); o trata de convencernos de la necesidad de mantener en todo momento nuestras ideas y nuestras opiniones por encima de las adherencias externas ("Déjate guiar. A donde quieras ir", pág.107). Rubén Castillo Gallego (El Faro de Murcia)

Carlos Vitale nació en 1953 en Buenos Aires (Argentina). Es licenciado en Filología hispánica y Filología italiana. Reside en Barcelona desde 1981. Unidad de lugar (Candaya, 2004) recoge su obra poética completa, formada por: Códigos (1981), Noción de realidad (1987), Confabulaciones (1992) y Autorretratos (2001). Ha traducido a numerosos poetas italianos y catalanes, entre otros: Joan Brossa, Dino Campana, Giuseppe Ungaretti, Sergio Corazzini, Umberto Saba, Sandro Penna, Eugenio Montale (Premio de Traducción Ángel Crespo, 2006), etc.

La primera versión de Descortesía del suicida (1997) recibió el Premio de Narrativa Breve Villa de Chiva. Esta edición de Candaya, que incorpora 24 nuevos textos, reúne la narrativa de Carlos Vitale hasta la actualidad.

Algunos micro-relatos de Descortesía del suicida:

DESCORTESÍA DEL SUICIDA

En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por la detención de los trenes. En la estación de Sants un hombre se había arrojado a las vías. En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por los constantes suicidios en las horas de máxima afluencia de público.

LA PUERTA CONDENADA

De niño, en el barrio, se relataba la aventura de un vecino que había sobrevivido a un naufragio flotando durante una semana sobre una puerta. Desconozco quién era e incluso si la peripecia acaeció de verdad, pero no dejo de meditar en ese hombre, azul y agua, negro y agua, asido a una puerta por la que no es posible huir.

SUS RAZONES TENDRÁ

Por algo será que el espejo me devuelve la imagen.

DEMASÍA

¿Cómo es posible que todos los años hayan sido el peor año de mi vida?

GATO POR LIEBRE

Estoy harto de los antipáticos que se hacen pasar por tímidos.

MOEBIUS

A los once años comprendí que nunca sería un gran pintor. A los catorce, que nunca sería un gran futbolista. A partir de entonces he estado abierto a toda clase de decepciones.


Mi aventura personal por Descortesía del Suicida de Carlos Vitale por Marian Raméntol Serratosa

Hace unos días, cuando inicié la aventura de navegar por “Descortesía del suicida”, me había hecho la idea de un exitoso reencuentro con la electricidad, porque así es como creo que hay que aproximarse a Carlos Vitale, con los huesos desnudos sobre los charcos de su agudeza pero con los pies calzados para resistir los fenómenos térmicos, luminosos y químicos hasta el final. Puesto que ya conocía un poco su obra, esperaba sumergirme en su mundo de, tal y como lo describe muy acertadamente José María Merino, microrrelatos, minificción, hiperbreve, ultracorto, textículos, e impregnar mis pupilas de ese ingenio contundente, asumiendo por supuesto el riesgo eléctrico que ello supone y con el que siempre consigue tensionar mis fibras, pero es que además, en mi viaje, he descubierto a un Vitale que también se expande con la franqueza del agua y el jabón, adentrándonos en otro rincón, hasta ahora desconocido para mi, de su caja de sorpresas.

En una primera lectura, suelo seleccionar tres o cuatro poemas o textos, aquellos capaces de convertirse en mi “lectura mágica”, me refiero a aquellas lecturas que se cuelan directamente por los poros del instinto, sin dejar espacios vacíos, pero cuando he cerrado la contraportada del libro y he vuelto al principio en busca de las pestañas dobladas por la esquina superior de las páginas, no he podido hacer otra cosa que sonreír; las he doblado todas.

Sencillez en el tramado, suavidad en la textura y una ligereza extraña que en vez de volar golpea anclándonos en el placer del texto:

“Una máquina de escribir atravesaba la noche. También
mi pensamiento escribía su página nocturna.”

No sé, leer a Vitale nos imposibilita de la manera más absoluta ante la impasibilidad. Poemas como “Un reto para la ciencia” que en plena página y sin más paliativos vomita desnuda un solo verso: "¿La desgracia es genética?", nos deja así, desnudos y vulnerables ante el espacio y sus márgenes, con el desmayo en las sienes y un silencio lento, que vuela y sostiene el verso en suspenso, ingrávido pero rotundamente real, creo que hasta el lenguaje artístico de Brossa se hubiera quedado con la respiración de sus vocales alterada.

Yo me atrevería a decir que el reto no es tan sólo para la ciencia, si no para la palabra en sí misma, para alcanzar esa desnudez primigenia que en manos de Vitale la hace quirúrgica, precisa y envolvente al mismo tiempo, y que nos lleva de la mano hacia un mundo muy particular, donde las trincheras están repletas de puertas condenadas que dicen más de lo que apuntan, poemas-definiciones que nos lanzan máximas como dardos cuya única diana es el límite de la cuenca de nuestro pecho (no os perdáis Microeconomía y me entenderéis perfectamente), y un torrente de poemas denuncia, que sencillamente nos delatan, nos suben los colores y nos dejan en cueros, y para muestra un botón:

LAS CUENTAS CLARAS CONSERVAN LA AMISTAD

Dos escritores se conocen en la presentación de sus respectivos libros. Dado que simpatizan de inmediato y ambos ignoran la obra del otro, acuerdan no leerla para prevenir que un eventual juicio desfavorable enturbie su naciente amistad. Los dos cumplen su promesa y, por ello, su estima se afianza cada vez más hasta el final de sus días.

UN POETA

En la cena posterior a la entrega de premios, un poeta denostaba los premios literarios y vituperaba a todos pospresentes. Era uno de los premiados.


El humor llano a veces, el sarcasmo inteligente y sutil, el toque irónico y abofeteante de los poemas y textos de Vitale, el juego íntegro entre título como tarjeta de visita y texto (como sucede por ejemplo en “Borrador”, en el que la interacción entre título y poema es casi como el guión del monólogo más corto del mundo), y la belleza extraordinaria de las imágenes hacen de este viaje una experiencia infinita que os recomiendo a todos, vivamente.

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1 Comentarios

  1. Gracias por presentarme a Vitale, Marian. Está claro que detrás de ese libro hay una persona muy inteligente. Dale la enhorabuena de mi parte y para ti también por ese comentario tan genial que le haces.

    Siempre me maravillas.

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