El pulso poético de Luis Felipe Comendador

Luis Felipe Comendador Sánchez, Béjar (Salamanca) 1957.
Editor, impresor y poeta.

RECONOCIMIENTOS
:

Premio Nacional Gabriel Celaya (Sesión continua)
Premio Internacional Tardor (Paraísos del suicida)
Premio Ciudad de Beni-Gazló (Banda sonora)
Premio COVIBAR de Literatura Epistolar
Premio Nacional Rafael Morales (Travelling)
Accésit del Premio Internacional Rafael Alberti (El amante discreto de Lauren Bacall)
Finalista del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura 2003 (Travelling)
Premio Ciudad de Mérida 2005 (El gato sólo quería a Harry)

PUBLICACIONES:

• «http://savonarolia.blogspot.com». Espacio personal de creación inconstante.
• «http://diariodeunsavonarola.blogspot.com». Diario personal en la red.

• "Esa intensa luz que no se ve". Segundo Santos Ediciones. Cuenca, 2007.

• "El gato sólo quería a Harry". DVD ediciones. 2007.

• "Tour de France". Ediciones del 4 de agosto. Logroño, 2005.

• "Aráñame" (aforismos). Ed. La viuda alegre. Béjar, 2005.

• "Fadueña [Historia de una posibilidad]. Edición del Museo Judío David Melul. Béjar. 2005.

• Antología "Poemas para cruzar el desierto". Antología realizada por Ángel Sierra (30 poetas autores para el Siglo XXI). Ed. Línea de fuego. Oviedo, 2004

• "Con la muerte en los talones". De la Luna Libros. Mérida (Badajoz). 2004

• "Formol con Havana 7". De la Luna Libros. Mérida (Badajoz). 2003

• "El amante discreto de Lauren Bacall". Visor (Madrid). 2003

• "Reflexión personal, invitación al bushicidio y exaltación de la revolución pendiente. Ed. MPDL / PSOE / lfediciones. Béjar 2003

• "Personajes en busca de lector". Ed. La luna de Mérida. Mérida 2002

• "Vuelta a la nada. Poesía reunida". Béjar, 2002
• "Travelling", ed. Melibea. Talavera de la Reina, 2002

• "Paraísos del suicida", ed. Aguaclara (Alicante), 2001

• "El tipo de las cuatro" (novela), ed El Sonarbique, Béjar, 1999

• "Bear(d) between thighs" (sonetario). ed. El árbol espiral, Béjar, 1999

• "Nos vemos en el Cielo" (novela). ed. lf ediciones, Béjar, 1998

• "Angelitos negros" (con 14 dibujos de OPS). ed. Libros del consuelo, Salamanca, 1997

• "Banda sonora" (prólogo de Luis Alberto de Cuenca). ed. Beni-gazlo, Castellón, 1997

• "Sesión continua". ed. Junta de Andalucia. Jaén, 1996

• "Un suicidio menor". ed. Melibea. Talavera de la Reina, 1996

• "Sentado en un bar". ed. Diarios de Helena. Elche, 1995

• "En fin... ya veis, amigos". ed. El Sonarbique. Béjar, 1995

• "Notario de las horas". ed. 1.900. Huelva, 1994

• "Versos giróvagos". Béjar, 1992




OBRA:

Piensa el autor que no es ni mitad


Al despertar, la cama estaba fría
y el sol hacía equilibrio en la persiana
mientras yo mordisqueaba la manzana
de un sueño de mujer como ambrosía.

Me abrí al mundo en la ducha, que molía
en mi cuerpo maduro la galbana,
y busqué el pantalón, aquél de pana,
que tantos años sabe de mi umbría.

Salí a la calle como a la batalla,
buscando en las esquinas al sicario
que lleva en su navaja mi futuro...

pero no encontré más que un aire impuro,
un affiche del Ché y el recetario
de una vida pendiente de canalla.


NADA HAY QUE DURE

a Julio César Navarro

Nada hay que dure, amigo, o verdadero,
ni que no te desgaste o te envejezca...
nada que te haga eterno en esa gresca
de muchachos abriendo el monedero.

Tampoco serás uno en el mortero
de la vida, porque de la grotesca
pasión arrebatada de la pesca
del uno, no lo dudes, sales huero.

Con esta arquitectura, ¿qué decirte?...
estrecha tu valor en lo indecente
y apura el haz que eres con la boca,

agota lo que puedas antes de irte,
y en la hora de todos sé el ausente,
el que apaga la luz y el que la invoca.


Cuerpo mío

Afilado,
te culpas de ser estéril como la noche a solas,
te sientes entregado desde los labios
hasta el justo relámpago
que escondes en la alacena de los muslos.

Eres el tambaleo,
cuerpo mío,
extranjero de ti como ese viento que llega del oeste
arrastrando despojos,
casi hostil,
escueto,
insatisfecho.

Te miro con estos ojos de noche,
que apenas ya responden
al temido contraste de las horas,
y te percibo enredado palimpsesto,
abrupto y hasta oblicuo…
te veo sin memoria,
sin ese olor explícito a eucalipto que llevabas
mientras te perseguía la esencia de un amor inalcanzable.

Te culpas…
y aún eres el refugio para cualquier exilio de mí,
aún el hábitat donde me vuelvo turba,
el país con su mar exterior y unos rebaños pastando…
te culpas sin saber cómo boquean los peces
sobre la hierba reciente
o cómo mana la sangre del cuello del becerro recién sacrificado.

¿Mereciste alguna vez otra dimensión
o simplemente te basta ser un numen menor
que juega a transgredir desde las vísceras?

Contente,
cuerpo,
espera,
mira pasar el bólido mercurio de los hombres
frente a tus ojos quietos,
observa su ridícula pose de censores,
su extraña vocación por los obstáculos,
su juego despeñado por la desigualdad,
sus armas más comunes
[las manos hechas puños],
sus llaves para todo.

Espera en el embrollo de tu teclado viejo
a que despierten las palabras,
una a una,
para hacerte el difunto
y su aneja factura indescifrable.


En mi memoria hay restas

Si apareces,
me pongo paleontólogo
y voy a la nevera a hacerme frío…
luego pienso en el sastre que cose los sudarios de la gente
y me busco poeta en la blusa carmín que llevas puesta…
y te propago,
y te ayuno,
y busco la autofagia de las manos
que son necesidad casi científica.

Si no apareces,
soy noosfera quieta y zanjas,
hambre y sus disfunciones,
contratiempo…
y me invado de un algo modernista
hecho de optalidón y bacardí,
y juego a reprobarme
y pienso en verbos como tener, arder, tocar…

Si te olvido un instante,
me castigo con el tenedor de carne en el muslo derecho
hasta que te recuerdo.

Si no logro olvidarte y no apareces…
los muertos prematuros me rozan,
y soy el mapa viejo,
la pizarra,
el vidrio del tintero,
la hoja seca…
y busco por la imprenta un poco de chucrut
para cenar a solas como un octogenario.

En mi memoria hay restas, cartones, vasos viejos.

Si apareces y te vas y te recuerdo…
busco en los chivaletes que guardo tras el páncreas
la mano del tipógrafo que vuelva a componerte.


Cuando aprenda a borrar las ventanas

Cuando aprenda a borrar las ventanas,
robaré de tu valija todas las prendas íntimas
para olerlas despacio
y volver a recordar las uvas negras,
el agacharse bajo la mesa para buscar tus piernas,
la tentación que roe todas las partes blandas,
el deseo de sábanas revueltas
y ese herniado buscarte en los cuartos oscuros.

Seré entonces el huésped solitario de tus cosas…

me pondré tus anillos sobre los labios húmedos,
los colgantes serán para mis muslos liebres,
tus bragas con sus blondas serán piel de repuesto
y tu falda marrón será un río navegable
que habrá de remansarse
en las bellas marismas de la pelvis.

Me faltará el sabor de tu sudor de anoche,
el olor de la incómoda muerte de tu espalda,
la saliva corriendo por mis hombros
o ese tacto de juncos de tus pulpos…

Cuando aprenda a borrar las ventanas,
el lodo hará aquí un cráter,
justo en el centro nómada
que me late
y no sacia.

Escuchando a Regina Spektor

No dudes de mí,
porque soy el puente hecho de dedos,
el que abre la puerta antes del resplandor
y quien consigue que el marfil se haga templo de carne.

Mira detrás de la bruma
y me encontrarás luchando entre los lirios
para hacerte brotar como los tallos nuevos.

Mira… y verás la resina que arde para sellar tu boca
y dejarla acotada en un estribillo de hermosos gestos.

Se empañan los cristales
y el mundo es la tiniebla que hay afuera entre la lluvia suave que no cede.

No dudes de mí,
porque soy el magnesio que habrá de darle luz a tu contorno,
la piel que ha de rozarse con la tuya,
el peso justo que ha de llevarte al cero,
el viento…

Amaina el temporal
y la tarde te esculpe eterna en mis pestañas.


Luis Felipe Comendador

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