Un paseo por la obra de Cesc Fortuny i Fabré

Marian Raméntol Serratosa. (Barcelona, 1966).

Miembro del grupo poético LAIE (Barcelona) desde el año 2004.


Obra publicada:

“La Noria del Festejo” (Ediciones Atenas) 2005.

“Hay un área de descanso un poco más abajo de mi vientre” (Ediciones Atenas) 2006.

“Versos Diversos- Antología” (Ediciones Atenas) 2007.


Obra premiada:

XVI certamen de Poesía “Antero Jiménez” de Torredelcampo (Jaén). 1er premio con el poemario “Un Blues no es suficiente razón para morir” (2006)


2º accésit de micro poesía de Callosa d’en Sarrià . Ayuntamiento de Callosa d’en Sarriá (Alicante) 2005, con el poema Geodèsia dels sentits.


Finalista del XII Certamen Internacional de Poesía Ciudad de Torrevieja. Instituto de Cultura Joaquin Chapaprieta (Torrevieja, Alicante), (2007), con el poemario La Renuncia huele a Cloroformo.


Finalista VIII Premio “Porticsvs” de Poesía. Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz) (2007) con el poemario Paleta Incolora.

Finalista de I Premio Internacional de Poesí­a Hipálage 2006,. Editorial Hipálage, con el poemario Amazona de Aguamarina.

Finalista I Premio de Poesí­a en castellano Vicente Martín. Exmo. Ayuntamiento de Torrejón de la Calzada (Madrid-2006), con el poemario La Renuncia Huele a Cloroformo.


Colabora con:

Revista La Nausea:http://lanausea2000.blogspot.com

O.D.I:http://www.odiritualdrone.tk http://www.myspace.com/odiritualdrone


MI APROXIMACIÓN A SU OBRA A TRAVÉS DE LA PROSA.

Mi primera experiencia con la obra de este autor vino de la mano de la prosa, cayó en mis manos un fajo de Dina4 que contenían la magnífica novela inédita “La boira Negra del Sud, que me introdujo en todo un mundo de oscuridad, desengaño, traiciones, y miserias humanas, urdidas magistralmente por entre las diferentes historias acaecidas en un espacio imaginario, la ciudad de Ceciracab. Ya por aquellos entonces, (estoy hablando del año 2003), el tratamiento del color tenía una vital importancia en el conjunto, llegando incluso formular lo que yo me atreví a denominar como “policromía significante”. El gris, por ejemplo, como telón de fondo uniforme, color de la melancolía perenne, sin fin, color también, en el caso de Cesc Fortuny, de la decadencia que lo cubre todo, lo sostiene y lo hermana. El verde intenso, único oasis de color posible y existente, la magia como refugio perdurable de la desesperanza. El negro, tan presente a lo largo de toda la obra de Cesc, la muerte lenta de todo sentido, de la mano absoluta del gris, se extiende inexorablemente por su universo, una espiral que se alimenta de la ausencia. El rojo violento, más presente en su obra poética actual que no en sus inicios en prosa, donde nacía de la rebelión del propio lector ante lo que estaba leyendo, porque Cesc tiene el don de hacernos enfadar, de traspasarnos la rabia y el dolor como identificaciones de nuestro propio yo.

También desarrolló todo un bestiario particular que ya no le ha abandonado jamás, en él toman protagonismo la serpiente, las moscas, los escarabajos, los gusanos, las cucarachas y los perros.

Desde que le descubrí, he ido siguiendo sus pasos, para poco a poco, reafirmar esa impresión inicial, ese tono oscuro, desengaño, donde la desconfianza en la especie y sus actos es completamente apocalíptica. En la obra de Cesc, las cosas son irreversibles, no se pueden cambiar, se trata de una paleta de colores crepuscular, donde todo se acaba.

Pero dejadme primero que os introduzca brevemente a Cesc Fortuny, antes de sumergirnos de pleno en su obra.


CESC FORTUNY I FABRÉ. SU TRAYECTORIA.

Nace en Barcelona en 1971. Artista polifacético, de espíritu inquieto, asume la poesía como un taller de experimentación, donde los seres con oficio (como diría Espriu) pueden invocar y provocar el mundo afectivo de los otros. De su obra me impresiona su capacidad, brusca a veces, lírica otras, irreverente y transgresora la mayoría, de golpearnos las cejas, y provocarnos un K.O. técnico en todas nuestras fibras. Ha participado en varios talleres de narrativa y de poesía y realizado diversos cursos de literatura. Bilingüe en su educación, su obra se desarrolla tanto en catalán como en castellano, y además de la poesía, escribe relatos así como ensayos sobre música y cine, publicados en diversos medios como La Citara China (revista de “amigos del gu qin”, ensayo musical), La Nausea (ensayo y crítica de cine), Babab (ensayo en castellano), Alfabet (literatura en catalán), Jo Escric (literatura en catalán), Relats en Català (literatura en catalán), Paper de Vidre(literatura en catalán) o Àgora (ensayo musical en la revista del colectivo Artilleria Pesada) entre otros. Ha publicado en España y Puerto Rico, con Ediciones Atenas y con Isla Negra editores. Ha ganado o resultado finalista en diversos concursos de literatura desde el año 1988 hasta el año 1995. Como os decía al principio, Cesc es polifacético, puesto que además de la literatura, es músico de metal extremo y música experimental en los grupos, Entropía (como guitarrista y voz), O.D.I. Orquestracions Dissonants Internes (con diversos instrumentos y tecnologías) y Zé Pekeño (un proyecto de Harsh Noise experimental). En su haber cuenta con una larga experiencia en el ámbito musical, ha tocado en los grupos; La Sentencia d’Herodes, Tavaskan, El Cantó fosc, Paradigma, El Club, Les Flors del Mal, Syd Barretina, Pleistocene Mammals y Akollonizer. Y ha participado en varias ediciones del Festival de Jazz de Ciutat Vella, en el festival de música experimental Stripart, en el festival de arte extremo Porno Gore Garrí Extreme Fest y en el festival anual de música electrónica de Mipanas entre otros.

Y por si eso no fuera suficiente, este espíritu inquieto como os señalaba antes, también pinta. Su inmersión en las artes plásticas le ha llevado a exponer en Barcelona, Monistrol de Montserrat, Collbató , o El Bruc entre otras.

ANTROPOPHOBIA (técnicas mixtas sobre madera)


DE SU OBRA POÉTICA, ALGUNAS CLAVES.

Acercarnos al mundo de Cesc Fortuny es entender su simbología cuidada, su preciso tratamiento de los elementos urbanos, la ciudad y sus miserias, donde abunda la prostitución y el vómito, no como elementos alarmantes de una decadencia en proceso acelerado, si no como las entrañas definitorias de un entorno irreversible.

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Del poemario: El libro Negro de las Bestias


La suerte es una invitada de piedra para los ángeles
que miran nuestra diaria representación
para nacer de nuevo y elegir las estrellas
que quieren que les iluminen.
Marian Raméntol Serratosa “Prentendo que una guerrilla de poemas ataque de
improviso el ático de Dios”

cuervos y monjas

corbatas de cáñamo

Navidad llorosa

madre y niño vano


juntos en discordia

en el entierro de la niña caballo

toda huesos poca sangre


al amanecer

todos son casi todo

"caballo"

la niña caballo


una vieja se muere a sí misma

un matón afila la herramienta

un podrido nos pudre


y aquel en la esquina

llama a su puta

date por muerto

él también es muerte


de asco de hambre o de guerra


date por muerto


Y adentrándonos en esa simbología, tenemos por ejemplo la presencia del alcohol como personaje con vida propia, como reflejo de los tres estados del hombre, y simbolizado generalmente en la absenta, significando el licor propiamente dicho, su ámbito material, la bruja o el hada verde de dicho licor su psique, y finalmente la serpiente, simbolizaría el espíritu, así pues, la absenta personalizaría al hombre completo. Como iremos descubriendo, en la poética de este autor la simbología cobra un papel decisivo.



EL SONIDO MALIGNO DEL HOMBRE

Del poemario: Manual del Asesino Autodidacta


Corroed mi flujo temblado

en puñales tiernos de experiencia

sombra rapaz que rueda por la tribu,

dad forma al tufo, falso timón de la estirpe.


Puerta abierta a la invasión

bala hipócrita del tiempo

que brota de su frente,

grito hermético del niño.


Sólo la tierra permanece.


Oigo la ceguera del hombre

en su masa masturbada,

desagua cuero cobarde

sobre campos plomizos.


Jadeo el bochorno del azufre

culminado en el destierro del semen

que dibuja tus labios, como cuchillo triste.


Las moscas fornican

bajo las carnes.


Ofrecida la sangre blanda

toda su flacidez y sus hematomas,

los cuervos regresan sobre sus pasos.

Sombras duras sienten derrame

que predica la agrura de lo no sido.


Los ojos recorren besos amputados,

ave funesta cierra su jaula

nunca es fácil tener fe.


Pezones de la noche

menstruan luciérnagas de absenta,

el rostro de la nada

como bestia de oxígeno

navega por las venas de tu Misterio.


El tuétano hueco

escapa por el pene del mundo,

el sudario es la madre,

recorren pieles de tiniebla

gatos de arena,

veo maullidos impresos

en vaho de otoño.


Entregado a la lluvia del buitre

que riega la mente convulsa,

oigo sus arrugas y su noche

su palpitar vacío, exacto.

Tiembla este mar radiactivo

hogar de pájaros lentos

guardianes de la noche del hombre.


El cuero se extiende

desde el tumor hasta la sífilis.


Este sonido maligno

como la sangre del cienpiés

vampiro de luna enmudecida

chapotea con su cuerpo de lodo

sobre las nalgas de la tierra.


La obra de Cesc Fortuny está trenzada de añoranza, sufrimiento, huida, éxodo; partiendo de una base primariamente orgánica, los fluidos y los jugos son capaces de llevarnos a la reflexión sobre la eternidad, el infinito o el vacío, no es nada extraño encontrarnos con huesos, hígados u otras vísceras en una extraña mezcla de sentidos, podemos oler las huellas, vomitar telarañas, o sumergirnos en la mutilación, infección o enfermedad, para llegar a la liberación del ser humano.


LLUEVE DESDE DENTRO DE LOS CIPRESES

Del poemario: La misteriosa canción de la sangre.


El bosque se arrastra

en un parto bastardo de edificios,

empuja la piel de las carreteras,

de los caminos tristes, y germina

el musgo en mi boca,

en mi hueco de nada.


Cuando las bombas de mano

estallan como cabezas,

nace en la arcana cueva

la diferencia

entre tontería y maldad.


Llueve desde dentro de los cipreses

cuando los espejos me repiten

que nuestra carne se va,

mientras los pájaros arden

en la comisura de los labios.


Las piedras pesan sobre el silencio

cuando los muertos no están tranquilos,

allí donde las vísceras ya no palpitan,

y las casas heridas tuvieron

un mal nacimiento.


El pene, en su carencia,

es lámpara de agua

que fornica los sueños

con la ferocidad de la putrefacción.


El aire cae como la roca,

devora al insecto, hiere

el estómago de los niños

que ciertos días viven frente

a los enjambres.


La fruta llueve sobre los coágulos

y la baba late en el árbol,

la locura sin sangre vive en la lengua,

y en los gusanos.


El ratón pierde lo que gana el búho.


Destacable es el bestiario que ya comentaba en mi aproximación a la prosa de Cesc Fortuny, y que sigue presente en su obra poética, así pues animales como ratas, arañas, serpientes, moscas, perros, cuervos, reptiles, babosas, o moscas, conforman un universo vivo dentro de las figuras utilizadas por el autor. Y si destacable es el bestiario, igualmente reseñable es el entorno en el que nos sitúa, de textura generalmente viscosa, semi-líquida, donde el lodo, el alquitrán o la lluvia negra pueden calarnos de los pies a la cabeza.


A LA GENTE HAY QUE RECORDARLE CON MÁS

FRECUENCIA, QUE SON SERES HUMANOS

Del poemario: La misteriosa canción de la sangre.


Los espejos tristes lloran mercurio sobre gacelas sin patas,

no hay tregua en el corazón de la roca,

amputadas de su gracia, con los ojos mecánicos

que se diluyen en el semen, mientras corren hacia mí

los coches desvocados.

Mancillando la música con el lodo del mundo,

los perros ladran para deleite de sus amos

como el corazón de la rata muerta,

esparciendo en cada nota, el barro generado.


Íncomodo a la vista como un cuervo en la nieve,

veo el mundo con los ojos de otro

y me siento orgulloso cuando mis hijos me destripan.

Los ángeles lo saben

sólo rezando bajo una ducha de lenguas de fuego,

los copos de nieve mueren en el alquitrán

y el alma puede ir de lo visible a lo invisible.


Como arcilla que amasan los niños cuando se funden

con la tierra, me veo en el reverso de mis párpados,

en el eyacular de la herrumbre, en el eyacular de la noche.

Los fetos empujan los tensos arcos, de los violines de moho,

en el fondo del pantano, donde siempre huele a tierra.


Ahora estoy aprendiendo a dormir en el horno,

donde se funde el mundo

durante los días que nunca empezarán.

La montaña llora cráneos adictos a los sueños

mientras los lagartos fuman la carne fallecida del hombre,

y mis muertos tienen visiones en bosques de luces,

donde las ardillas tejen telarañas de pus

para atrapar a los pájaros.


No soy nadie porque no siento amor.


No hay nada más terrible que el caer de la nieve dentro del templo

aunque siempre ocurran cosas bellas en los momentos oscuros

y la ternura de los ángeles, resida en la estirpe de la raza,

allí donde la hijas trenzan el pelo a sus difuntos

mecidas por los ríos que nunca nacerán.

Las moscas son ángeles negros, amamantados con el excremento,

el mal ha adquirido rostro humano, revolotean en un cielo de mármol

que llueve las tripas de Dios.


Si tuviera que resumir las características principales de su obra, los conceptos que abarca, me atrevería a decir que giran en torno a la muerte como liberación, la violación del Yo, la trascendencia de la oscuridad, el vacío absoluto para llegar al todo.

Y con permiso de Cesc, incluyo como colofón un poema perteneciente a su último trabajo en proceso, un poema en prosa que, según mi opinión, es el perfecto fin de trayecto para este pequeño paseo por su mundo (y submundo).


ríos que van a cultivar moho en la boca de los pantanos

Me corroerán las hormigas anocheciendo el horizonte, desmoronando su definitivo ímpetu, mitad masa mitad coma. Se conmoverán las flores grises en tu tierra aturdida, y me extirparé la rutina de los ecuadores raptados, para que un cascabel de homicidios, arrastre la madera de mi memoria hasta el quirófano del bosque.

Porque soy Zíngaro, porque soy brazos y arena vieja, porque soy mayo y desierto, y porque una lluvia de moscas anuncia mis huellas, justo cuando la raza se agota, buscando refugio en los féretros. Ya tomaste tu píldora de gritos y silencios, para que tu madre descubra los peces que oscurecen la nieve, y se quede ciega con el fulgor del hueco, con la sordera de la luz que pretende esconderse antes de que los ojos de los caballos, se hundan en la carne quieta.

Y como enfermos ríos que van a cultivar moho en la boca de los pantanos, los más hermosos penitentes, esparcen su color esencial, unánime y sin pigmento, donde hoy la noche que ha olido tu muerte, se persigna el ácido rostro, aroma de tiza y de vida.

Me comerán las hormigas en abril de oro, más los tonos rosa de ningún insecto, no huelen ni han olido nunca a primavera. Me dolerá, como duele el encuentro a las preguntas que moldean el obstáculo, antes de que la luz del sol nos huya dejando al día descalzo.

El océano nunca me traga, ni cuando el barro que se derrama en mi mente, escucha atento a las moscas dormidas sobre mis dientes, como niñas pequeñas que se obsesionan con una vela o con el sonido del útero del cosmos.

La vida es sólo un perro que huye para calentar el océano, y que nos deja en la orilla viendo a los náufragos que se ahogan en nuestro vacío.


Minas,


cosmos,


noria,


tala

y …

arrástralo todo.




Marian Raméntol Serratosa

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3 Comentarios

  1. Excelente, Cesc. Un buen artículo, Marian.

    Me gusta la poesía de Cesc, leo siempre su blog, por lo menos cada vez que escribe algo nuevo.

    Los dos son unos grandes poetas.

    Abrazos!!

    Gio.

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  2. Impresionante. Pá "flipar" como dicen Uds.
    Y como si fuera poco, este polifacético artista se da tiempo de pasar por los blogs y dejarnos su palabra!!!!!!
    Un artículo excelente, Marian.
    Cesc, mis felicitaciones.
    Abrazos arrastrados por el Atlántico!

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  3. Llego a tu página por esa aleatoriedad maravillosa de la red y me encuentro en un jardín hermoso de cultura, lleno de hermosas flores, de recios árboles...y una escritora que sabe lo que dice y como lo dice...hoy no es poco, cuando tantos pseudo poetas, pseudo escritores se adornan y viven engolados en su Parnaso....enhorabuena por tu blog, vendré muy amenudo a beber de tu fuente...un abrazo desde azpeitia

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