L’Espluga de Francolí, 1971 es poeta y traductor. Traduce del polaco y del esloveno. Cabe mencionar sus traducciones de Czesław Miłosz (Travessant fronteres. Antologia poètica 1945-2000, Proa, Barcelona), de Adam Zagajewski (Tierra del Fuego/Terra del Foc, Deseo, Antenas, todas en Acantilado, Barcelona) y los ensayos de Zbigniew Herbert; y del esloveno, las traducciones de Aleš Debeljak (La ciutat i el nen, Barcelona, Edicions la Guineu) y Lojze Kovačič (Los inmigrados, Siruela, Madrid).
Como poeta, ha publicado Llocs comuns (Lugares comunes) (2004); Retorns de l’Est (Tria de poemas 1990-2001) (Retornos del Este –Poemas escogidos, 1990-2001) (2005); Inventari de fronteres (Inventario de fronteras) (2006). En 2008 aparece su último libro de poemas: La disfressa dels arbres (El disfraz de los árboles). Algunos de sus poemas han sido traducidos al croata, esloveno, inglés, polaco y sueco.Tomasz Różycki. Uniendo geografía e imaginarios. (II)Hay poetas que construyen los poemas de una pieza. Es una imagen, una metáfora o un pensamiento los elementos que constituyen la columna vertebral del poema. En los versos hay un desarrollo de la idea, o a veces una serie de variaciones alrededor de un eje común. Un ejemplo de este tipo de construcción poética lo encontraríamos en Wallace Stevens. Hay otros poetas que basan sus creaciones en la asociación de las ideas, no en la idea final. Sus poemas no intentan transmitir un solo concepto o pensamiento, sino que desembocan en una concatenación, una imagen lleva a otra. De esta manera, la imagen resultante no tiene que ser más importante que algunas de las que han aparecido a lo largo de la construcción. Nos puede sorprender más una imagen en un verso determinado. Puede servirnos como ejemplo la poesía del escocés John Burnside. Evidentemente, estas fronteras no son claras, sino tan sólo representan un elemento que nos dice más de la construcción que de la calidad de la poesía. Y todos los poetas, incluyendo a los mencionados, claro está, pueden servirse de una u otra estrategia. Un autor que recurre con frecuencia a la combinación de ambas puede ser Wislawa Szymborska. Sin intentar llevar a cabo ninguna taxonomía, podríamos decir que hay otras construcciones del poema. Hay poetas que presentan una concatenación de imágenes, pero éstas no tienen aparentemente un sentido coherente entre sí, y se hace difícil averiguar cuál es el procedimiento en la mente del poeta que ha hecho que aparezcan una al lado de otra, o cuál es el objetivo al llegar al final del poema. Sería el caso de algunos poemas de John Ashbery, quizás del John Ashbery más imitado (mal) y más seguido por jóvenes poetas en algunas tradiciones. Hay poetas cuya obra adquiere una fuerza inaudita a través de la sentencia. Ya no es una imagen determinada, sino una afirmación, una sentencia que directamente deja de piedra al lector y le obliga a reflexionar hondamente sobre aquel hallazgo lingüístico. En este sentido, la obra de Joseph Brodsky alcanza cotas de una gran perfección. En este poeta ruso, la sentencia juega un papel fundamental. No podemos separar esta estrategia del efecto que quiere conseguir, la sorpresa (y en muchos casos, la admiración por una asociación de sentidos). Si seguimos en el último aspecto mencionado, el de la sorpresa, llegamos a otro tipo de construcción. El de los poetas que presentan todo un mundo ya en el primer verso, en la primera afirmación, en el primer verso. El primer verso-sentencia, provocador de sorpresa, que después se hilvana en una seria de imágenes para acabar en el ovillo de la imagen final. W. H. Auden sería el gran artífice de esta última clasificación. Aunque, como ya explicó Stephen Spender, muchos de los primeros versos de Auden (de la primera etapa, especialmente) se deben a un procedimiento bastante curioso, el de ir eliminando los versos que no les gustaban a sus dos primeros lectores a quienes confiaba la lectura (evidentemente, Stephen Spender era uno de ellos). Si tuviéramos que aplicar esta somera lista de estrategias poéticas a la obra de Tomasz Różycki, sin duda el autor polaco formaría parte de esta última clase. Różycki siempre parte del primer verso, que después va desarrollándose en una concatenación de imágenes, y con una coda final que no tiene por qué ser el resultado lógico de la suma de aquéllas. A la vez, presenta también los versos-sentencia que actúan como puntos de inflexión en el poema. Podemos observarlo en una reducida selección de primeros versos:“Sigo esperando a una carta de allí, pero recibo otras. De los sobres…” (Post scriptum)“Nunca he sabido morir. La inmortalidad…” (Después, en otra vida)“Hoy me preparo para una búsqueda en el sur.” (Misión)“Y después en el sótano cada noche hago esto de nuevo.” (Espectro)“Poder en la repetición, estabilidad en la repetición.” (Repeticiones)“Ni guache, ni aceite graso ni temples de vigilia,” (Astronomía)“Ciertos tipos de vida en bellos decorados…” (Torre)“Todo lo que nos dijeron no fue sino una mentira” (Antípodas)“Aquí no estaremos mucho tiempo. Es un lugar de paso,…” (Novena canción)“En los bellos días del fin del mundo, en algún lugar de Centroeuropa,” (Canción vigesimoprimera).“De repente en medio de la ciudad aparece un volcán.” (Divinidad)O también todo el ciclo de “Cuando empecé a escribir,…” y una serie de variantes “… aún no sabía”, “…en absoluto sabía”, “… nadie me dijo”, que representa un auténtico desafío a cualquier tipo de construcción metapoética.En una entrevista concedida al periódico más popular de Polonia, Gazeta Wyborcza, Tomasz Różycki explicó la génesis de muchos de sus poemas. A la pregunta de: “La mayoría de tus poemas son sonetos. ¿No tienes ganas de salir alguna vez de este modelo?” que le formuló la periodista y también poeta Agnieszka Wolny-Hamkalo, Różycki responde: “Esto es porque la mayoría de los poemas los he pensado cuando iba de camino al trabajo, en invierno. Por el camino iba componiendo el poema, pero no tengo mucha memoria, así pues, a fin de poderlo recordar, el poema tenía que ser convenientemente breve y con ritmo, y algunas veces con rima. Cuando llegaba al trabajo, podía sentarme y escribirlo. No tengo las comodidades para sentarme y pensar poemas en mi escritorio, no tengo tiempo ni, en realidad, tampoco tengo escritorio. De esta manera ha surgido la mayoría de mis sonetos, sobre los que se ha discutido por si siguen el modelo francés, o más bien el inglés. Yo sigo pensando que es un soneto típicamente silesiano: más ancho por arriba, y más delgado por abajo”.Una declaración que nos abre en realidad todo el mundo poético de Tomasz Różycki. Por una parte, la tradición poética, el formalismo que hay en su obra. A pesar de que los sonetos no siguen un esquema rígido, como ya dijimos en el anterior ensayo, hay una apertura de la tradición. Combina la rima asonante con la consonante, el ritmo es más bien silábico que silábico-tónico. En segundo lugar, el movimiento, el viaje constante que translucen sus poemas, el movimiento del mismo lenguaje, la concatenación de las imágenes, una seriación que se efectúa a través de los saltos de la conciencia (o del subconsciente). También, la estación, el tiempo. Różycki escribe principalmente, como aquí indica, en invierno – la verdadera estación, como dejó dicho Joseph Brodsky – y también el paisaje que predomina en los poemas es la variación del invierno. Éste, a diferencia del verano, y aunque pueda parecer paradójico, siempre nos aporta algún elemento nuevo, sobre todo en países como Polonia, donde el invierno no es una palabra desprovista de significado. Los constantes cambios, la nieve, la niebla, la lluvia (con un sinfín de variaciones, la lluvia helada, la lluvia de sirimiri, las lluvias torrenciales), el hielo y el deshielo. Una constante metamorfosis de todo los que nos rodea, de los árboles, de las calles. Cada día es diferente. Y son estas variaciones las que se pasean por los versos del autor polaco. Nos indica también en su respuesta la voluntad de poner en entredicho las clasificaciones, sobre todo cuando hablamos de los aspectos formales, como se ve claramente al hablar del tipo de soneto que cultiva. Y, finalmente, la ironía. Al utilizar el término de soneto silesiano no tan sólo hace uso de ésta, y no tan sólo expresa un afán de escaparse a ser encorsetado por los críticos, también es la ironía un vehículo para expresar su pertenencia, sus raíces que, en definitiva, no son tales, puesto que Różycki siente una cierta extrañeza dentro del mundo de la Silesia polaca. Así, el viaje y las raíces, la geografía externa y la geografía interna basculan para encontrar un equilibrio a través de la formulación de esta alteridad en el lenguaje.Tal vez, en la época contemporánea, de realidades líquidas y de cuestionamientos de cualquier estabilidad, de parodias y de intentos de comprender el mundo que nos rodea, aunque sea mínimamente, la poesía de Różycki establece unos puentes que permiten ir mirando los diferentes puntos de orientación. Un puente de tablas, un puente que se va moviendo, y por lo tanto, nos movemos en él. Un puente donde mirar una y otra orilla, lo familiar y lo ajeno, la tradición y la innovación. Y cuando estamos en medio del puente, vislumbrar el abismo que se abre ante nuestros pies. Porque así es la poesía de Różycki, una poesía que nos enfrenta al vértigo de mirar la realidad que nos construye y la realidad que construimos.
8. CABO DE HORNOSPartimos de mañana, la tierna autopista es comouna racha, un alcohol ligero, salimos del sótano a la luz.¿Cómo fue posible que el paraíso infantil se redujera a cenizastan rápido, basta soplar? Partimos para siempre, somosjóvenes, ante nosotros una nueva vida, y después aún media.Llevamos maletas, el transporte vagará durantemuchas noches. Tenemos que decir algunas cosas.Hay algunos objetos bellos que perdieron vigencia,el dinero nos bastará hasta las primeras lluvias.Detrás de la luna del coche el país es todavía gris,de este gris pronto saldrán treinta tres matices de negroy el color de la sangre. Enterramos nuestra infancia,esto ya es una cuestión religiosa. Pronto saldrán las sombrasy correrán por la carretera como una jauría de perros hambrientos.12. LA FLOTA DE SU MAJESTADJugaba solo contra el ordenador, erasoberano en un pobre país de Centroeuropa,convertido en potencia gracias a mi honrosapolítica, el comercio, y también a la fuerzade mis tropas, de la economía. Si librabaguerras era por mor de evitar agresionesenemigas, o en contra de países más torpesy débiles, aquellos que había que mandar.Tenía la administración, buenos tribunales,(se cumplía la ley), una flota y colonias,gozaba del respeto del mundo diplomático,y también de mis súbditos. Nunca condené a nadiesin causa, fuera de los enemigos públicos:desertores, poetas, traidores, especuladores impúdicos.15. ANIMALES SALVAJESDejamos en torno a la casa tres escudillasde leche. Esta noche vendrán a beber gatoso algo más ligero, algo que reconocerásporque no deja huellas. No haremos las maletaseternamente, no huiremos, pues no hay huida.Desplázate en tren, en coche, en avión,a siete mil metros sobre el grasiento barrode nuestras grises regiones natales, segurosen la cabina insonorizada, con una limpia azafatade cuidadas uñas, con una taza de Henessy,con asientos regulables, auriculares, un murmullode negro jazz en el interior, e incluso así tendrásuna total descompresión. De golpe, el corazón llenode fuego saltará de las venas y estallará. Y estallará.marzo 200417. MERCANCÍA HUMANACuando empecé a escribir, aún no sabíaque cada palabra tonta, sola y abandonada,una vez en el papel tomaría como defensa todolo que podría soportar, que se llenaría lentade luz, de carne, de corteza, que cogería el cuerpode las mujeres y de los animales, de la tierra,de las cosas saladas y de las cuestiones tenebrosas,que al final tomaría el papel, las casas, las calles y el caosde todos los pisos del cosmos, que pediría ayudaal cielo y a un trozo del infierno, y que por la nochese movería y gemiría, mordería y marcharíapor todas nuestras camas, salvaje y enorme,un salvaje y enorme niño. Y que con su lengua negratendría que probar la sangre de alguien cada noche.18. HIERRO Y PÓLVORAHemos perdido mucha sangre, pero aún vivimos.La herida es muy profunda y por ella entra el vientoy el polvo, el ruido de la ciudad: se ve por dentroy la galería interna de las venas, los tendones, y el pneumay también algo que se mueve sin descanso, más adentroalgo vivo se estremece. Tiembla. Con nosotros han usadoun arma del todo nueva, pero vivimos. En los lugaresde una amputación parcial ya crecen, florecen ligerasprótesis, todo irá bien. Habrá una señal, una cicatrizcuando te despiertes, habrá marcas en la paredy un ligero tufo en el aire, en las rendijas brillaránlos vidrios arrancados, se condensarán los asuntosque existen entre nosotros y la calderilla se pegaráa los dedos, como si la corriente la hubiese soldado.marzo 200419. MACHETES Y CARABINASPara J. P.Desde que dejó de interesarme la literatura,y por fin empezó la vida y todos sus asuntos,dieciocho motivos por los que vale la penalevantarse, las cuatro primeras palabrasque dirá un niño, tu número pluralen relación con mi singular y el resultadode esta actividad en la cama, que alguien muertopueda seguir viviendo en el papel, acamparentre el gentío en el aeropuerto, vivir en un montículode la ciudad, en el fondo de un mar seco entre barcosmuertos, en una tienda de piel de dragón, muerto de nochebajo un neón llameante a la salida del subterráneo,tensar cuerdas de sus intestinos y cantar cancionesa los hijos, antes de que despierten y abran los ojos.24. MAPASFreud descubrió América. Y lo hizo de noche,después de viajar todo un mes en la bodegade un carguero con tres mil lívidos emigrantesde ciudades polvorientas de Europa Central.Todo el mes arrojando. Lo que hasta aquel momentoestaba escondido, salió a la luz. Por fin purificadosdespués de la cuarentena, estaban en la tierraprometida desde siempre. Vacíos. Con los pies secoscruzaron el océano. Todo está en su piel,así pues, los reconocen, les pagan. Todo es grande,los bancos, el cine, los coches. Ahora por fin deberáncomer, atiborrarse. Freud soñó que descubríauna nueva tierra que hasta entonces no estabaen el mapa, y ahora ya no quiere caber en él.31. FERROCARRILToda la vida en el tren, o dos tal vez,pues el cuerpo, llevado por el diablo, el hierroy la rapidez, pierde mucho más que el tiempo,claro está. Y la vista en nada, ya que en el paisajeno hay punto de soporte, algo que nos permitameterlo en un patrón, en un sistemay librarlo a la física, pensar así que el mundotiene algún proceder y en este caso es justouna máquina, completo. Así sería mejor.Pero no, hay apéndices, algo que me ligaa la ciudad, al niño, a la mujer, otro sistema,una matemática donde me multiplicoen diez clones, donde hay un error, algún defecto –el corazón no late regular con el andén vacío.32. EL HOLANDÉS ERRANTEY de nuevo París, rue Monge, la charlataneríade los intelectuales, del todo impotenteante la cantidad de quesos, cafés, ejércitosde botellas polvorientas, ante la luz, la cama,cien tipos de amor y doscientos de lujuria,después postres y coñac. Los labios mordidosde una chica en primera fila. Claramente, la lenguanota el sabor, pero a su disposición tiene el vacíode la metáfora, nada más. ¿Y quién crea del vacío?De la nada, ¿una nada aún mayor? además, ¿la nochelo multiplica por sí misma y de todo esto construyeciudades llenas de nada, pisos, y en estos pisosgente recortada del vacío, animales henchidos?Y ellos, ¿a quién transportan? ¿A quién arrollan?36. BOSQUIMANOS Y EXPLORADORESHan quemado los suburbios, ahora el fuegonos rodea, estamos dentro y hace bastante calor.Es noviembre, todo el día esperamos invitados,los niños corren hacia la puerta para recibirlos,mientras, sólo el hollín cae en la cocina y se sientaen las terrazas blancas, en el pelo, en el mantel.Penetran algunas partículas hacia nuestro mundopor grietas no descubiertas, por el ventiladory por debajo de las puertas. Esta danza es un repertoriode signos, un alfabeto mímico. Todos bailamos un poco,si lo miramos como ahora, sin voz, desde la altura de las nubes.Tenemos provisiones, podemos esperar a que amanezca.A cada momento los niños corren con un grito hacia la puerta.Ya vienen! Ya vienen! Pero no hay nadie en la escalera.39. ARRECIFE DE CORAL (CORAL BAY)Cuando empecé a escribir, de ninguna manerasabía que rápidamente me haría tan rico,que compraría una isla adonde volaríaquince veces al día, que me traerían botellaslas olas, que de mi mano los narvalescomerían, que mi país ocuparía la quinta partedel mundo, que en lugar de un sueldotraería conchas, que al despertarmeencontraría en la cama piedras preciosasy que no se me notaría. Y tendría igualmenteel bolsillo agujereado, me sentaría con vosotrosa la mesa como siempre, y que mis mujeres,mis niños, mis animales, mis tierras bailarían ante míen el aire, se elevarían y caerían de nuevo.41. EL QUINTO IMPERIOCascais, camino de Sintra. A la simple pregunta¿Quién eres? Contesto en tantas versiones comovueltas da el molino del corazón. Luego, la muertetendrá una joya, un problema, cómo enviarla notificación, a quién tocar con el dedo hundidoen la sangre. Aquí los delfines juegan y el océano charla,y yo he despedido Europa y el desorden en los libros,ya nadie calculará quién en el debe y quién en el haber.Ahora entro en el mar vestido de contable, de ingeniero,de profesor de lenguas, se me empañaron los vidrios,esto es una metáfora en este soleado país, y tendráun problema, como ya dije. Y pasará un tiempoantes de que me reconozcan entre los bosques de corcho,en el interior del océano, en una gota pétrea de sangre.50. INTERIOREn metro por la noche. Subían caras conocidasde antiguas fotografías, pero desconocíasus nombres, y las lenguas en que hablaban.En cada estación bajaban, subían, niños y mujeres,los de la familia, y la lejana, armenios y judíos, soldadoscon uniformes de tres ejércitos vencidos, y contabanla historia de la bella juventud, de la traición y de su ciudad,de los vecinos y de Europa, y cada uno tenía un objeto,una prueba fundamental: un botón sacado de una tumba,una medallita oxidada, una gorra con un emblema, un librosalvado de una casa en llamas, un mechón de pelode un niño, una carta de otro mundo, un reloj estropeadoque se detuvo en el momento del adiós, cuandoel beso lo transforma todo en piedra, a la gente y el viento.septiembre 200557. ANTIGUA FORTALEZATerminó el siglo veinte y la literatura abandonólas ciudades, sus cálidas cenizas, sus habitacionesolvidadas, las profundas iglesias, las vocesen los sótanos, las cerezas y los exámenes,la arqueología, y a los alemanes, judíos, polacos,a las turbas en los andenes, Schulz murió, murió Roth.Desde entonces la literatura echó a los espectrosde las calles, de los jardines, de los barrios,lanzó los uniformes y vivió en el vacío,su lugar de siempre, desde el principio. Al final,se trasladó a su pesada biblioteca, a su archivode una máquina virtual. Ya murieron Lesmian,Mandelshtam y Brodski, e ingresó en el abismo,en las cartas perdidas, las fotos, los sueños, en ningún lugar.59. PESCA EN LA BAHÍAEl cuerpo de mi padre, que antes de morirse convirtió en mi hijo. Vi ese cuerpo de repenteen los escaparates de las librerías, en los carteles,las pantallas de televisión, por él andaba,en él me adormecía, de él comía, bebía,y en él creció la hierba, las casas, un cuerpoque se había librado a todo el mundo, cansado,enroscado, tierra, arena, piedra y agua.El cuerpo de mi madre era ligero, un cuerpo vacío,pero todo él estaba lleno de un dolor líquidoy lo atrapé en mis manos como una gran cometaque solté al viento, al agua. Por la noche alguien vino,clavó lento un arpón en el corazón, y después lo quitócomo un pez volador y lo dejó sobre la mesa.Octavas para afeitarseYa es primavera? Sol para desayunar.La vida se compone lenta de trozosy al afeitarse finalmente surge una cara,siempre conocida. Conglutinaciones, cortes,heridas, pero en su totalidad. Y alguien podríapensar que no cicatrizará, que basta con el alientode una muerta para hacer una hendiduraque por la tarde se convierte en milbarrancos profundos, desfiladeros sombríos,y desde sus profundidades por la noche hablarála nada. Que aquel grito de un niño bastacon que explote. Pero en el espejo la imagenpresagia un renacimiento. Surge en mediode la espuma y de la colonia un dibuky se pone su mejor traje negro, sacalustre a los zapatos para el baile de la noche.28.Lo recordáis? Lanzaba almohadones,los pájaros gritan ya viene, ya!Por el patio emporcado, moscardonesbailan de alegría, hay un gran barulloen los tilos y al centro van trombones:se abre paso al trabajo! Se ve clarocómo este estúpido carga con libros,pero es verano, y cerradas estánlas secretarías. Se ha vuelto loco?En el aire, una bella univocidady en el reloj le da vueltas agostoa los muelles, demasiado se estiran.Gritos de pájaros, observan cómoél, peón, va recto en la matinalluz hacia la puerta de aquella historia,y la sombra a un paso, siempre detrás.CUADERNOS DE NUEVA YORK1Dispara Aurora y terminan las bromas.Cae una gota de leche en el ojode toda la ciudad, debía bastarpara agriar con la luz cada ventanade Manhattan. Y se hizo evidenteque yo seguía volando en un avión baratocon mil camas, armarios, pasajeros,taxis, calles, pisos, a ras de tierra.El cielo es afectuoso, registratoda la gama de gemidos y murmullosy se arruga, se pliega, y reagruparebaños de ángeles, jets. Ruido,estertor y temor cuando aterrizan aquí,en medio de vasos y manchas, en este escritorio,entre versos satánicos. Una nube de polvo,los poetas muertos de viaje por un instante.2Cuánta música, vaya, cuánta músicade estos neones, feromonas, de entrelos labios de una cabaretera, de todas partes.Y qué crees que quiero beber hoy? Sin dinerono conseguiré nada, como mucho un whiskyo un Ródano barato, para mostrar una buenapelícula al tormento, y entrar en la película,en la boca abierta de la noche, si aceptausted este regalo. Ah, Ludwig,no se te ha presentado nunca el amor?Al menos una cosa: las fronteras del lenguajeestán en algún lugar del más allá – he estadoya en esta tienda, lo sé: puedes ir de culosin parar, por todos sitios hay cajas de vinoy la cabaretera. Hoy hay degustación,tan sólo probar uno y ya estás perdido.3.Mi habitación. El hielo se derrite en el vasoaquí por un momento antes de derretirse el ojoy antes de que la mano adivine qué está pasandola hoja se manchará, transformando mechonesde las letras en barro. Y la noche, las lucesde la ciudad de nuevo se hacen enormes. Se oyecómo el continente se mueve con un enorme estruendobuscando tierra al Este. Espaldas, muslo, brazo.Se equivocó Colón. Más allá de la puestade sol no hay tierra alguna, una barca navegaen plena noche y sigue sin parar, sin descanso:descubres islas, pones nombre a todoslos mundos que has soñado, mientras tu soñolientatripulación es cada vez más joven tan sólodentro del hemisferio freudiano. Si regresa,Circe otra vez los convertirá en hombres.4.Pero no estoy aquí para dormirme –abro la ventana y tengo mis asuntoscon esta negra ceniza, con esta ciudad ardiendoen la que me revuelvo, de la que preparoun plato hasta que no se apague.Y enciendo la luz, rezongo tacosfeos e increíbles. Yo mismo me he inventadoeste recibimiento, este baile en la tumba.Escribí de noche, pero el alba me ha pilladoaquí, en el hotel, desnudo del todo,justo en este momento, cuando intentabaconseguirte del todo. Mientras la oscuridadme favorecía, germinó directo del cuerpoeste fantasma como un silvestre árbol verde,y ahora el alba penetra por las cortinasy se abre paso por las hojas. Otoño en Central Park.5.El tren arde en silencio aquí, en la estación,en gas y en un puñado de ceniza, así pues vamospor esta construcción con mucha delicadeza,por el puente de niebla pegajosa y por el otoño,y detrás de las ventanillas en vapores y en el magmasisea el océano por las conchas. El día espumeaen las crestas, en la marea. La luna descaradada vueltas con su cuerpo, pincha una muñeca.Es fuera de temporada y se puede alquilaruna habitación al azar, pero con vistas,y escuchar cómo con encanto vagueanlas gaviotas ancladas en el cielo. Despuésir con dignidad al fondo del bar local,con toda la tripulación y el mando de la flota.Pero ¡atención! Un pescador lanza los dados,en el parque se oxidan los restos de una bella novela.6Qué casas tan altas, qué tiendas,botellas de colores, coches. Una redsutil de calles, hasta el cielo los ascensoreso las escaleras. Jóvenes de coloren los ascensores y las tiendas, si necesitasa Jesús, llama. Y los actores famososs de la pantalla en grandes limusinascon grasa y con carmín, salen de los cinesdirecto hacia su escondite. Qué red de callestan exacta, en la red sin parar da vueltasesta mosca rabiosa. Hoy se me han partidolos zapatos, pero encontré el secreto: Europaestuvo encinta del toro muchas veces, los niñoslos escondieron aquí en oficinas, los conectarona enlaces por satélite, a la red. Busco una huida,el cielo en la hendidura entre Escila y Chrysler.
1 Comentarios
Descubrí a este poeta polaco hace poco y me entusiasmó. Me agradaría reproducir vuestra nota y poemas en mi blog, citando de manera destacada el auto y la fuente
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