La voz poética de Ángeles Fernan Gómez

Ángeles Fernan Gómez, poeta y narradora leonesa residente en Madrid.
Fundadora y Coordinadora de los Encuentros Poético-Artísticos en La Lobera de Gredos, POÉTICA EN GREDOS.
Cofundadora de la Asociación de poetas y pintores Versos Pintados del Café Gijón.
Coordinadora, entre otras actividades, de ciclos y eventos. Autora y coautora de performances literarias, tales como Profanando la Letra, diálogos a cuerpo abierto o la de Sylvia y Anne, oscuras novias conspiradoras.
Algunos premios y publicaciones en revistas y numerosas antologías nacionales e internacionales, como ALKAID o la Revista Universitaria Quintana Roo (México) así como la inclusión en la obra 50 poetas contemporáneos de Castilla y León.
El libro Papel Albal, de Huerga y Fierro Editores, es su último poemario.


La voz poética de Ángeles Fernan Gómez


ACEPTACIÓN


Me relamo el ego, y ya
no siento ese regusto a orquídea en el aliño.

Me sabe, sin más aderezo, a mí.

Es por ello
que ya no necesito relamerme.




De “Chupitos Poéticos”
(Versos En-cajados – Los Libros de Umsaloua)



CAMBIO DE NEGOCIO

A quienes me conocen de verdad.

Por mucho que busquéis entre los versos
o desenvolváis del albal cada poema,
no hallaréis aquí reclamo alguno
ni farol rojo que os incite
a venir,
como es costumbre,
a mi burdel.

Liquidé existencias,
y traspasé el local a la mejor oferta.

Hoy es una tienda de recuerdos 
regentada por novicias blancas con escote
que llevan el corazón y la cruz a flor de hábitos
y hacen caja cada día
al atardecer y cuarto
  (en punto).



De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)


CABALLOS BLANCOS


Hay caballos blancos en el mar.
Adentro.

Trotan y agonizan.
Galopan y se mueren.
Y nacen caballos blancos
en los valles móviles de azul cobalto.

Hay miles de caballos blancos
que viven, a manadas y a momentos,
muy lejos de las costas.
Por eso buscan, desesperadamente, barcos
que alimenten los halos de sus vidas.

Lo mismo que gaviotas.



De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)



BLANCAMIELES POETA


Blancamieles tuvo adormecida la corriente lírica de [versos que…
desemboca en el poema
en el poeta
en la Poesía.

Blancamieles estuvo en coma creativo.

La manzana de los brujos:
de los locos,
de los necios,
taponaba la zona-verso de su blanca materia gris [amordazada.
Sólo a intervalos duermevelas
-y en descuido de los brujos-,
jadeó poemas de aprendiz.

Los satanes formaban circo vigilando su urna [transparente.
Disfrazados de príncipes, besaban en la boca a [Blancamieles,
que no escapaba de su estrofa de letargos.

Los guiños de los príncipes
tampoco pudieron despertar la musa a Blancamieles,
anulada casi sobre su entorno inmundo.


En un interludio de abrazos
despertó poeta de sí misma,
en soledad,
viva,
mirando hacia dentro su yo desdibujado,
suyo,
sola.
Sin manzanas amargas,
sin príncipes satanes,
sin príncipes valientes.

Ella
Con ella
Para ella.

Blancamieles nívea,
Blancamieles dulce,
Blancamieles verso,
poema,
poeta,
Poesía.

Blancamieles, río de palabras.

Cuando regresaron los abrazos
había emergido la poeta,
se había renacido de sus anestesiados restos.

Y odiaba las manzanas.



De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)




COMBATE

Aquí estoy
vengo dispuesta a deshacerme de estos puños
que lucharon tantas veces contra mí dándome golpes
de pecho
por los pecados
que me hicieron.

Aquí me tienes
resuelta a combatir sin guantes que no dejan ver
la cara y cruz de estas manos que son mías y que dono.

Dispuesta ya al primer asalto estoy
y antes de que me digas eso de que no crees en nada
y de que tú
ya estás de vuelta
yo ya te he asestado un golpe cierto a la conciencia
y un aura azul te envuelve y cura porque así yo
así lo he decretado.

Después…

después te daré otro de esos golpes míos
y te partiré el dolor hasta que sangres dulce.

Si me dejas –y yo diría que no podrás negarte–
te daré un verso en la boca, un verso solo,
sin tiempo siquiera de esquivarlo
un verso libre que te ayude
a digerir la acidez de tus últimas ingestas.

Si me devuelves un poema escrito con los labios
sabré que mereció la pena tirarme desnuda
y boca arriba sobre el ring
mientras me hacía la muerta y tu sabías
que sólo era reclamo.

Relájate.
Yo misma te despojo de armas y corazas inservibles
de todo aquello que no se estremezca si te toco.
No habrá vencidos.
Cada round quedará como nos dé la risa.

También aviso al mundo
de que pienso combatir porque el placer
nos gane a todos la partida,
pero lo haré desnuda, piel a piel, sin ganchos sucios.

Espero que nadie aproveche la ocasión para asestarme
un golpe bajo.


De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)





NUNCA ENTENDIÓ EL LENGUAJE DE TUS SIGNOS


Tus manos gritan agitadas,
como nunca antes.
No son tus iris luna menguada por el toldo de tus párpados,
sino círculos completos centrados en el globo blanco.

Hasta hoy…
esposa y madre reclinada…
que enquista
silenciosa
los desplantes
y abre la caja de latón para extraer el ansiolítico
que mitigue el deseo de la huída
y friegue los sueños
con el lavaneuronas
bio-degradable
de un narcótico
a la medida de cada frustración.

Hoy te has puesto en jarras
y recuperado acordes graves
en el ecualizador de tu control de mandos.
Jamás antes.

Porque te fuiste acostumbrando
a soportar,
a ver el envés de tus hijos,
minusválidos de infancia o
enfermos contra ti de adolescencia.

Decías: “pasará”.

Y rozabas el hombro de su padre
para que dos, mejor que uno, fueran uno entre los dos.
Nunca entendió el lenguaje de tus signos.

Al cerrar el ordenador de la oficina,
corres a las tareas de los niños, tras el pan con chocolate,
a las camisas sucias, al fogón con las sartenes,
al trapo para el polvo y la fregona,
restregando el suelo
con la humedad sonora
de la catarata
de tus lágrimas.

Pero decías: “pasará”.

Eres tú quien pasará, decepcionada,
de la angustia a la ansiedad, de la ansiedad al dolor…
hasta que un día,
¡hoy!,
pones tu voz en grito
expulsando la bolsa de los sueños abortados
en la escupidera de tu hogar.

Cuando llegue él,
con ganas de cenar, a la alta noche,
cansado del trabajo –eso te dice-,
pronunciará tu nombre,
y al verte transmutada en ti,
el apellido que te dé será el de histérica.

Pero no le oirás.
Más fuerte que su voz
será ese golpe
del cierre final de tu maleta fucsia.




De “Amor se escribe sin sangre” (Editorial Lastura)





SOY


Mis antepasados inventaron la Vía Láctea
Juan Carlos Mestre


a mis padres


Lloro a la yerba rota en julio para que rumie el invierno,
y me duelen los golpes secos del verano sobre el corazón de las moscas.
Mi gente se sentaba en el filo de una hierba para ver nacer a la espiga.
Mi padre nunca fumó, pero murió con los pulmones negros, y ahora tengo un hijo con el que apenas hablo de estas cosas.

Soy hija del carbón y de la tierra, y me tuteo con la nieve y con el río.

Al caer la tarde entregaban las cabras sus ubres a los hombres.
Todas las madres se santiguaban a la hora del toque del ángelus.
Ay, si los caños pudieran girar un tanto así la vista…
Ay los mineros cómo tardan esta noche en regresar,
será que a la tierra no le gusta que le muerdan las entrañas y hunde su miseria.

Sonrío por ti, abuela que apenas conocí, pero supe que eras tierna.
Río la algarabía de los niños al recreo soleado y saco el cabás guardado en el recuerdo.

Soy hija del roble y del nogal gigante.

Mis padres construyeron una casa piedra a piedra con sus manos.
Después, plantaron enredaderas para escalarla y se retiraron a contemplar el crecimiento de sus hijos.
Algunas tardes veo pasar la lluvia y el argayo por delante de mi puerta. Entonces, tomo de mis ojos una pala y lo retiro.

Y soy lluvia, carbón, hierba y yerba, enredadera, mujer de nieve, piedra…
Soy la que se sienta sobre unas trébedes a contemplar el estallido del fuego.
La que canta romances y aún puede dormir al arrullo de una nana. La amiga del viento, la que susurra a los gatos…, y a la que le nacen senderos por la carne.

Soy la que fui y la que se fue haciendo. La herencia de los hijos de la tierra. Soy.



De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)




VUELO JK 5038


Al despegar,
la mirada se me anclaba
al bosque de luces extendido por la isla.

Subir
(más lejos)
Subir
(atrás quedan las luces)
Subir
(disminuye la escala)
Subir..., subir…, sub
¡Fundido a negro!

La nube se interpuso, cubriendo el objetivo de mis ojos.

Sentada
en el opaco denso
perdí la esperanza.
El adiós se hizo bruscamente repentino.
¿Qué hacía yo volando sobre una nube negra
en dirección contraria al magnetismo de mi vientre?




De “Papel Albal” (Huerga y Fierro Editores)



EL ALMA DE ULISES

Yo vi a Ulises regresar de Troya mar afuera
y despertar sobresaltado en las playas de su Ítaca.
Ella esperaba sin saber de cíclopes
ni cantos de sirena.
Llovía polvo de luna menguada
sobre el mar, ya plata.
¡Penélope! –decía, ¡devuélveme mi alma!

Yo vi también que, regresando muchas lunas,
-en una noche en que la pena
le estalló en el vientre-,
se hizo ella con el alma de su amado.
Y la tejió a sus senos, y a su boca..., y a su cuello,
y a las telarañas de su misma alma.
Se quedó con ella hasta hacerle regresar a Ítaca.

Yo vi que el mar
alcanzó en olas moribundas
sus cuerpos abrazados,
bello el de él, y ya sin alma..
Y el cuerpo de Penélope, desnudo,
poseía, en diminuta porcelana,
las dos almas.

Yo vi lo que pensaba esa mujer, lo vi en sus ojos:
Zeus no llovió sobre el camino (*)
él, no era Ulises, no Odiseo,
sólo cuerpo, el mismo cuerpo sin esencia,
y ella, no podía
devolverle ya su alma.
¡Amor mío! ¡Te he pensado tantas veces..!

Yo vi que, de soñarlo,
se le enmarañó la magia en soledad
para hacerle compañía:
No estaba sola.
Ella, era él. Y ella... ¡Y los dos!
Él no era nada.
Sólo un cuerpo que llegó hasta Ítaca.




Edición Versos Pintados del Café Gijón (I)


PUNTOS ROJOS


En 2014, un pequeño grupo de enfermos por Hepatitis C,
decidió encerrarse en un hospital ante la negativa de que Sanidad
les diera un medicamento que los curaría y que ya estaba en el mercado,
pero a precios altísimos debido a una patente de la industria farmacéutica.
Allí permanecieron durante 94 días.
Ese grupo (la PLAFHC) creció enormemente
extendiéndose la protesta por todo el territorio del país y llegando a

captar a toda la opinión pública hasta conseguir el objetivo.



A vista de pájaro...

Éramos puntos rojos
con riesgo de muerte y con deseo de vida.
Éramos encierro consentido en prolongado invierno,
miedo que en manada se supera.
Éramos fuerza y dignidad: ¡sabiduría!


Hoy somos
Ave que renace a cada despertar de las horas.
Los mismos que nacimos y vivos aún estamos.
Los puntos que quedamos
para poner sobre las ies que aún persisten.
La PLAFHC sigue latiendo y recordando
tu mano con mi mano unidas.




(Inédito)

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