LA VOZ POÉTICA DE DANIEL QUINTERO (Buenos Aires)


Daniel Quintero. Buenos Aires 3 de diciembre de 1959. Publica su primer poemario en 1986 "Después de una larga noche" ED Amaru al año siguiente se radica en la Tierra del Fuego donde integra El Castor Literario junto a Oscar Barrionuevo y Julio Leite participa en diversos eventos culturales.
Trabajando para la Dirección de Cultura del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego genera un trabajo de investigación sobre la poesía de la Isla "Aires de Archipiélago", publica en diversas Antologías de la Provincia, de la Región Patagónica. En el año 1994 vuelve a Buenos Aires, crea junto al poeta Oscar Barrionuevo el sello editorial Parque Chas Ediciones participa en diversos ciclos, encuentro y Festivales de Poesía en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Cuba, España y EE.UU. es uno de los organizadores del FIP de Parque Chas en homenaje al Poeta LUIS LUCHI. Tiene publicados varios libros de poesía y relatos breves: Cementerio de Payasos, Inusual, Malhoja,0Killed entre otros.

MUESTRA POÉTICA

 
 
 

Que sean 7

/los mares


Voy a dejar que la sal de los mares mezcle
su único condimento sobre estas profundidades

si al menos el planeta se pusiera de plano
y nada costara tanto como la distancia

en una sola lágrima lloraría con generosidad
un vuelo de sombra que jamás concluye

entrar por Gibraltar a la Europa ahí colonizada:
¿con qué diferencia se establece el Peñón
ante tanta América vencida?

así no hay navegación que alcance
ni barco que resista tanto calafateo

así y entre nosotros se busca bautizar
con nuestros nombres la naturaleza

aunque sea un poco más de este viaje
aunque no alcance a despegar a enterrarse
o desarmar los puertos

construiré un cofre con la madera del barco
naufragado hace tiempo en tus manos
habitaré una isla desierta
no importa si tiene tu nombre
o si la llamo con otro naufragio

sin dividir las sales al destajo de un mismo enunciado
que la deuda del idioma no la pague el verbo

ahora soy el mismo que ayer trajo flores
arrojo al mar una ofrenda de papel manchado
hay paz debajo de este poema
aunque no se note su entusiasmo
y el mundo no pueda ocultar
el olor de la pólvora.

Distraigo tu atención:
celebro la cartografía.


Piedad 

 
Roma no olvida a Buonarotti
y aún se pregunta cómo
fue que pudo trocar
la carne en piedra
esa otra vestimenta
en eterno abrigo

¿qué fue de la sangre
cuando todo se volvió mármol?
¿licuará de milagro?

los fieles esperan y rezan
esperan ser salvados
rezan por el mundo
letanías que no son más
que un plato de comida
el refugio para los peregrinos
la fe puesta en el Cristo
por si vuelve a andar
a levantarse victorioso
de los brazos de su madre
cuando su madre lo sostiene
sostiene al mundo
reposa en su gesto de lactancia

los gestos del hambre
son los gestos de la humanidad

es como si el hombre que fue
hubiera brillado en cada
golpe de cincel
con una sola lágrima
más delgada que todo el manto
y pidiera más alimento
que plegarias
más vida que resurrección

Roma aún recuerda a Miguel Ángel

pero la Roma que se ve
lejos del Vaticano
es esta calle desde donde
un carro arrastra
escombros y ruegos
más de aquellos
otros desperdicios

una calle del lado
suburbano de una ciudad
que niega
que esconde
y maltrata a todos los cristos
que aún suplicando por su leche
no tendrán ni piedra
desde donde levantarse
ni madre que los proteja
ni resurrección
aunque los golpes del cincel
gasten el bloque de piedra
para perder la forma
de la arquitectura humana.


Parte el pecho el tren que pasa


Algunas veces un tren atraviesa mi cuarto
y debo levantarme a deshoras para dejarlo pasar.
En la última ventanilla está mi madre
y me arroja un ramito de nomeolvides.
Olga Orozco

Se refleja en un instante
el registro distorsionado de la historia
la evolución del paisaje asomado al vidrio
el suceder de los gobiernos
los amores.
Se nace predispuesto al paso de los trenes
aclamando el hierro
la contradicción
su paradoja.
La metáfora del camino.

/el silbato del guarda rompe el ensueño

¿Qué tan próxima estará mi estación
a qué paisaje le daré la respuesta del vértigo
de esta vista veloz parcial subjetiva
qué líneas de acero tendrán las palmas de mis manos?
El niño que va contando las luces
advierte a lo lejos su punto de llegada.
Aún no reclama mejor suerte.


Politeísta


Ya no me caso
ni embarco
tampoco vuelo
los martes
no cruzo debajo
de escaleras
de íconos bíblicos
ni de anuncios
de hamburguesas
no me expongo
a los gatos negros
o transparentes
no tomo en vano
me levanto
con el pié derecho
hago nudos
quito telarañas
alineo los retratos
barro el otoño
en sentido
de las agujas del reloj
escribo
con la mano izquierda
me persigno
con los dientes
apretados
ardo junto
al olivo bendecido
para alejar
tormentas y acreedores
no uso comas
en los poemas
me toco
del lado zurdo
cuando alguien
pronuncia nombre
inconveniente
puteo por lo bajo
si veo una monja sola
no derramo sal
ni aceite ni recuerdos
dejo el pan y el amor
boca arriba
no dejo ni sombra
ni sombrero
sobre la cama
no espío a la novia
antes de que
llegue al altar
no uso paraguas
no cedo salero
no rompo espejos
no dejo ni relojes
ni tiempo detenidos
no cuelgo la corbata
sobre el espejo
olvido el número 13
no dejo ni tijeras
ni finales abiertos
el único amarillo
el del whisky
no me siento
sobre la mesa
ni bailo arriba
de las tumbas
mantengo cerradas
las puertas del ropero
soy un hereje
con doctrina
que sólo tiene
supersticiones
como única religión.
 
 

 
Nadie puede trocar la piedra en oro
ni hacer que un asesino se apiade de la víctima.
Oscar R F García

Puesto en pasión
con la euforia o el arrepentimiento
de haber amado o matado;

que el mismo rigor alcance
para un beso o una bala.

Morir de orgasmo o de gangrena
de cirrosis o de olvido.

Morir de un tiro en la frente
o una lágrima en el pecho.

Despertar en un fondo húmedo
y confundir sábana con mortaja,
sangre con ternura.

Voy a la guerra como voy al amor
con las mismas ganas de romperlo todo.


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